El ahora ex director del Hospital Central Julio Perrando, de Resistencia, Chaco, había ordenado que se inmunice a un sacerdote católico, pese a que las dosis eran exclusivas para trabajadores de la salud.
Un directivo del Hospital Central Julio Perrando, de la ciudad de Resistencia, Chaco, debió renunciar al cargo luego de la polémica decisión de otorgar una dosis de la vacuna contra el coronavirus a un sacerdote.
El caso se dio luego que llegaron a esa provincia 7.700 dosis de la vacuna Spunik V destinada exclusivamente a trabajadores de la salud.
Igualmente, Daniel Pascual, entonces director del centro de salud de mayor complejidad del territorio chaqueño ordenó que se le aplique una dosis al el cura párroco, Rafael Del Blanco.
El caso no hubiera pasado a mayores si el sacerdote no hubiera publicado en su cuenta de la red social Facebook un mensaje de agradecimiento: “Ya me vacuné contra el COVID. Gracias Ministerio de Salud del Chaco y la Nación”.
Eso generó una catarata de críticas por el supuesto mal uso de la vacuna al aplicarse una dosis al religioso de 57 años.
En su favor, Pascual sostuvo que dio la orden porque el cura “está siempre en contacto con enfermos, desde las misas de sanación hasta las visitas domiciliarias. Además, tiene hipertensión, es anciano como yo, que también me vacuné y sólo adelantamos unos días su vacunación porque en 10 días comenzará la vacunación a todos los mayores de 70 años y enfermos crónicos con morbilidades que los predisponen a morir de COVID”, explicó.
Luego de conocerse el caso el subsecretario de Promoción de la Salud, Atilio García, anticipó que se abrirá un sumario administrativo. “Estamos investigando las responsabilidades y quiero aclarar que no hay privilegios para nadie con respecto a lo que son las fases de vacunación. Vamos a actuar con la firmeza necesaria”, remarcó el funcionario.
Luego de esto, este domingo 17 de enero, Daniel Pascual dio a conocer que presentó su renuncia al cargo de director del Hospital.
“Con motivo de haber autorizado la vacunación de un sacerdote, considerado por mí, personal esencial, ya que la salud es un estado de bienestar físico, mental y social y no solo un estado de enfermedad, está mi renuncia a disposición del ministerio”, publicó el médico en la red social Facebook.
La explicación causó revuelo ya que, con ese criterio, también tendrían que ser vacunados los demás sacerdotes, rabinos, pastores y referentes de todas las religiones reconocidas por el Estado.
Por su parte, el cura Rafael del Blanco expresó que su vacunación obedeció a que integra el Consejo Provincial de Vacunación, pero la resolución gubernamental no indica que las vacunas debían ser aplicadas a quienes formen parte del espacio.
El sacerdote es conocido en Chaco por las misas de sanación que realiza y se le atribuye curaciones de enfermedades a travé de la oración.
Había obtenido cierta trascendencia mediática cuando propuso excomulgar de la religión católica a los legisladores que votaron en favor de la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
