Federico G. A. Zamudio.
Para la mitología guaraní el personaje sale del monte y llega a los hogares al inicio del décimo mes, para castigar a quienes no han sido previsores.
De esta manera, no debe faltar en la mesa del mediodía del 1 de octubre un suculento plato de jopara (mezcla o combinación, en guaraní) plato típico paraguayo que lleva carne y porotos, con la intención de conjurarlo, ya que este duende no se queda en los lugares donde hay abundancia, y con él se irán la escasez y la pobreza.
El personaje mítico es una figura petisa y barbuda de rasgos duros, que usa un sombrero de paja y lleva un látigo en sus manos. Según la tradición, octubre es el mes en que escaseaban los alimentos: la mandioca, el maíz y otros vegetales, que son más difíciles de conseguir en el campo.
Algunas de las costumbres de abuelos y bisabuelos era -por ejemplo- levantarse bien temprano con un látigo, un chicote o un cinto en mano y pegar en todos los rincones de las habitaciones diciendo: “Para que se retire el Karaí (señor) Octubre de esta casa”, también podía dejar un plato de comida en la puerta de la vivienda para que el que pasara por allí se la llevara o invitaba a los vecinos ese día con un plato, preferentemente de guiso.
Otra antigua práctica era soplar con energía en tres rincones de una habitación de la vivienda, preferentemente con un silbato o corneta, dejando un espacio libre donde hubiera una abertura -puerta o ventana-, para que por allí se escape, y huya atemorizada la miseria y no regrese jamás a esa casa.