Federico G. A. Zamudio.
Los casos donde -aparentemente- hicieron desaparecer el cuerpo para conseguir impunidad dependen de lo que supongan los jueces que pasó, y el margen de error puede ser catastrófico.
Cecilia Strzyzowski está desaparecida desde el 1 de junio en Chaco, y en la causa hay siete detenidos: César Sena; sus padres, los referentes sociales Emerenciano y Marcela Acuña; el casero Gustavo Melgarejo y su esposa Griselda Reynoso; la asistente personal de los Sena, Fabiana González, y su marido, Gustavo Obregón; ahora la fiscalía cambió la carátula a “supuesto femicidio”.
Los casos de esta índole son pocos y sus sentencias legales precedieron a la condena pública, la que puede ser decisiva e influyente en nuestro sistema judicial, que mandó a la cárcel (acertadamente o no) a algunos de los que aparentaban ser culpables, y que curiosamente -a pesar de confesar el crimen- no supieron guiar hacia el sitio donde se hallaba el cadáver.
Haciendo un repaso de juicios similares, léase desaparecidos sin hallar el cuerpo, está el de la bióloga suiza Annagreth Würgler (28), que desapareció en Talampaya, La Rioja, en 2004. Su cuerpo fue intensamente buscado, pero no apareció. La justicia local igual condenó por su homicidio al dueño de un hospedaje, que fue el último en verla, al que complicaron algunos elementos hallados en su camioneta y algunos testimonios.
Miguel Bru, el estudiante de periodismo al que la justicia de La Plata dio por probado que lo asesinaron y torturaron en 1993, en una comisaría. Jorge Julio López desapareció dos veces, primero en 1976 (fue torturado) y luego en 2006, esa vez fue definitiva. Hay una condena.
Facundo Rivera Alegre, fue a un baile en 2012 y nunca regresó. Condenaron a dos hombres. Roxana Núñez (28), oriunda de Málaga, fue vista por última vez el 1 de marzo de 2009 en el conurbano bonaerense. La justicia de Lomas de Zamora condenó a tres personas por su probable homicidio. Erica Soriano (22), de Lanús, desapareció en 2010. Estaba embarazada. Se dictó una condena por homicidio.
Beatriz Argañaraz (45), desaparecida en 2006, la Justicia de Tucumán condenó por su asesinato a dos mujeres. Marcela Mamaní (25) desapareció en 2012 y la Justicia de Salta dictó una condena por homicidio. Marcela Monzón (42) desapareció en 2009 en Buenos Aires y condenaron por homicidio calificado a su esposo.
Miguel “El Gaucho” Vera desapareció en 2001 en Villa Albertina, Córdoba. Condenaron a su hermano a 10 años de prisión y éste confesó su autoría. Nicolás Saurel (24) desapareció en 2014 y la Justicia de Mar del Plata dictó dos condenas por “secuestro coactivo agravado de muerte preterintencional”. Daniel Solano desapareció en 2011 en Río Negro y condenaron por homicidio agravado a siete policías, algunos de ellos también por vejaciones; aun así, el cuerpo no apareció.