Waldemar Oviedo fue detenido en el barrio Esperanza de la ciudad de Corrientes, por la División Búsqueda de Prófugos tras una orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Este fin de semana y a pocos meses de que prescriba su causa, detectives de la División de Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal Argentina, allanaron una precaria vivienda del Barrio Esperanza, ubicado en las afueras de la capital Correntina, logrando la detención de Weldemar Ariel Oviedo alias “Pato”, sobre quien pesaba un pedido de captura Nacional e Internacional en orden al delito de Infracción a la Ley 23.737, a requerimiento del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de San Isidro de Sandra Arroyo Salgado.
“El Pato”, apodo por el cual es conocido Oviedo en el mundo delictivo, paso casi la mitad de su vida detenido en distintos establecimientos carcelarios, algunos de ellos en nuestro país, y otros tantos en la República del Paraguay. Es allí, donde permaneció oculto estos últimos años, luego de haber purgado una condena por narcotráfico. Cansado y sin recursos, se ocultó en la zona fronteriza entre Paraguay y Argentina, hasta que finalmente decidió retornar a nuestro territorio, por un paso ilegal en la zona de Itatí.
El dato inicial para dar con su paradero, lo obtuvo la Dra. Arroyo Salgado, quien de manera inmediata confió la investigación a ésta Unidad.Con el devenir de la investigación, se pudo conocer que a esa altura el buscado estaba residiendo en una zona selvática en la República del Paraguay, frente a las Ruinas de San Ignacio, Misiones, situación ésta que generaba una complicación extra para lograr su detención.
Posteriormente se trasladó a una isla frente a la ciudad de Itatí donde permaneció varias semanas viviendo en carpa junto a los lugareños y pescadores del lugar. Finalmente, a principio de este año, con la colaboración de sus familiares directos, cruzó en lancha por un paso ilegal regresando a nuestro país, ocultándose en las afueras de Corrientes Capital hasta el momento de su detención.
En esa oportunidad, se contaba con la información de que Oviedo estaba planificando su regreso, no siendo viable tener un control absoluto de la situación, dado que triangulaban las comunicaciones por lo que se desconocía gran parte de ese plan. No obstante, se montó un discreto operativo en la zona de Irati Corrientes, pero a pesar de los esfuerzos no se logró dar con él. Días más tarde, gracias a la experiencia de quienes estaban tras la investigación, fue posible detectar el medio utilizado para comunicarse, y de esta manera seguir monitoreándolo.
Faltando poco para que prescriba su causa, Oviedo estaba decidido a no exponerse por ningún motivo, dejando pasar el tiempo que sea necesario hasta tanto se regularice su situación. Es así, que permanecía todo el día encerrado manteniendo contacto únicamente con unas pocas personas de su círculo de confianza, quienes también se cuidaban al extremo. De forma metódica y con la constancia necesaria para este tipo de investigaciones, se fueron recolectando indicios que permitieron detectar su posible vivienda en el Barrio Esperanza, Corrientes Capital.
Días previos a su detención, y a raíz de una discusión familiar generada en torno al prófugo, éste se planteó la necesidad de regresar a la Isla, situación que obligó a los investigadores imprimir mayor velocidad a la pesquisa, y en consecuencia asumir mayores riesgos. Se implementaron medios técnicos, y se duplicaron los recursos hasta que efectivamente se pudo individualizar y confirmar su morada.