Un bombero murió al ser aplastado por un autobomba que tiene más de 45 años de uso en la Unidad Operacional 4 de la ciudad de Corrientes.
La unidad funciona mal, pero igualmente es parte del equipamiento con el que cuentan los rescatistas para trabajar en plena crisis ígnea en la provincia en la que se quemaron más de un millón y medio de hectáreas en menos de dos años.
Si bien el Gobierno Provincial presentó 200 camionetas equipadas para el combate contra el fuego, todas estas unidades fueron destinadas a cuidar el patrimonio de empresas privadas en el Interior de Corrientes.
En la Capital, mientras tanto, circulan vetustas máquinas como la que mató al sargento de Policía, Nelson Daniel Meza, de 32 años, quien fue víctima de un hecho lamentable el 11 de febrero, en el Cuartel de Bomberos ubicado en la calle Los Tilos 781 de la Capital correntina.
El hecho ocurrió cuando Meza se hallaba junto a un compañero de apellido Gómez, inspeccionando la unidad, un camión Mercedes Benz 1114 modelo 1974 que es al autobomba con el que cuentan en esa repartición para sofocar incendios.
El acto es parte de un procedimiento de rutina. Cada vez que cambia la guardia y un nuevo grupo ingresa a tomar el turno en la Unidad, deben revisar las condiciones de los vehículos e informar la posible existencia de anomalías.
En eso estaban, a las 8.15 cuando Gómez ascendió a la cabina del camión para corroborar su funcionamiento. Mientras, Meza inspeccionaba el exterior de la máquina.
Pero, el vehículo funcionaba mal desde hacía mucho tiempo, ya que el motor de esa autobomba, identificada con el N° 8, sólo arranca si está en cambio. Ese día la palanca estaba puesta para que circule en reversa.
Por ello, cuando Gómez giró la llave de encendido, el vehículo se movió hacia atrás con gran impulso.
En impacto hubiese sido contra la pared del galpón, pero en ese momento Meza controlaba los mecanismos ubicados en la parte posterior del rodado. Es por ello que cuando se desplazó hacia atrás, lo embistió, aprisionándolo contra el muro.
La lesión de más gravedad fue en la zona de las caderas, porque es allí donde impactó el gancho de remolque que posee el vehículo.
Quienes observaron el hecho alertaron al conductor de lo que había ocurrido, pero ante tan dramático episodio este se descompensó. Fue un tercero el que logró mover el rodado para que los demás bomberos liberen a Meza para trasladarlo al hospital Carmen Iglesia de Llano.
Ingresó aproximadamente a las 8.35, pero media hora más tarde se informó de su fallecimiento.
El conductor también fue asistido en medio de la desesperación. Le quitaron el arma reglamentaria. Luego se desmayó, por lo que fue llevado a ese nosocomio donde estuvo en observación. Cuando se recuperó, fue demorado y pasado a disponibilidad. La Justicia lo imputó por homicidio.
Silencio oficial
Desde la Policía de Corrientes se limitaron a informar que “el hecho está en investigación” y evitan hablar de la situación en la que se hallan los vehículos. Sin embargo, los bomberos que operan en el Cuartel 4 ya habían alertado que ese camión “nunca fue llevado a la Revisión Técnica Obligatoria por orden de los superiores” pese a que tuvo problemas de freno, dirección, encendido, rotura de ejes, además de neumáticos lisos y recapados.
La Justicia imputó a Gómez por el delito de homicidio culposo. No investiga a los superiores ni la responsabilidad de los funcionarios gubernamentales que debían haber garantizado el debido mantenimiento del vehículo o haberlo sacado de circulación.
Es constante el reclamo de nuevas unidades. La situación quedó expuesta hace siete años cuando, el 9 de julio de 2015 un supermercado ardió en Corrientes. Se necesitaron más de 15 dotaciones de bomberos y la utilización de equipos de Chaco para atacar las llamas desde arriba, pues, no existe en Corrientes camión alguno con escalera telescópica y máquinas que generen presión suficiente para arrojar agua a las lenguas de fuego.
El 11 de julio el Gobierno de ese año (con el entonces ministro de seguridad, Néstor Pedro Braillard Poccard, actual vicegobernador) anunciaron la supuesta compra de 9 camiones. Los traerían de Japón. Pero esa transacción no se hizo.
En 2018, se incendió un edificio en pleno centro de la Capital. La rapidez con la que se actuó permitió que las llamas no se propagaran.
Ese día el Gobierno volvió a anunciar la compra de camiones hidrantes. “Se llamó a licitación para la compra” aseguró el Gobierno de Corrientes. Era mentira.
En 2022 una situación sin precedentes provocó la pérdida de millones de dólares en campos y plantíos, la muerte de un bombero.
A dos meses de haber iniciado el 2023 existe alerta constante por los más de 700 focos de incendio registrados en la provincia.
No hay emergencia ígnea decretada, tampoco fondos para los bomberos. Tampoco algún camión hidrante nuevo.
