Federico G. A. Zamudio.
El nosocomio pediátrico se inauguró el 9 de diciembre de 1997, y fue el último construido por un gobierno provincial en la ciudad de Corrientes.
Pensado para tener alta complejidad en la atención a niños, contaba con un helipuerto, salas de quemados, terapia intensiva de alta tecnología, un moderno sistema de refrigeración y una funcionalidad que fue pensada en base a hospitales de Estados Unidos, como la clínica Mayo.
Asimismo, el personal médico fue entrenado en ese país del norte, y su cuerpo de enfermería estaba graduado en la Universidad. Con respecto al soporte económico, lo realizaba Fundaniño, una fundación pensada para esa actividad, a la altura del Instituto de Cardiología. También tenía comunicación directa con el hospital Garrahan, de Buenos Aires.
Diez años antes de la existencia de otros centros de salud semejantes en el resto de la región, la entidad correntina dio un paso de avanzada recibiendo a pacientes de todas las provincias del NEA y del Paraguay, que eran derivados por su prestigio adquirido cuando apenas nació.
Lamentablemente, tras la destitución del gobierno nuevista y el surgimiento de la coalición, la intervención radical cordobesa y los gobiernos sucesivos, terminaron por desmantelarlo técnica y humanamente, con parte del personal removido y los que permanecían haciendo esfuerzos sobrehumanos para mantenerlo; además Fundaniño fue prohibida y robaron hasta los televisores de las salas de internación y espacios de espera.