La jueza Josefina González Cabañas procesó y dictó prisión preventiva a un médico funcionario del Instituto de la Obra Social de Corrientes, por haber abusado sexualmente de una paciente. Es el segundo caso de abuso sexual con acceso carnal por el que se lo procesa.
La prisión no se hará efectiva, puesto que la Cámara de Apelaciones en lo Criminal le concedió la eximición. Es decir que, pese a la gravedad de los delitos de los que se lo acusa, continuará libre, poniendo así a las víctimas en riesgo.
Dado que ingresó una nueva denuncia, la magistrada a cargo del Juzgado de Instrucción N°3 en el anterior Código Procesal Penal también recaratuló la causa, que se había iniciado como querella criminal.
En la actual la querella expresó que el imputado era el ginecólogo de confianza de la familia de su representada, y que por ello la joven, de entonces 18 años consultó a mediados de 2008.
El médico había sugerido un tratamiento –colocación de un DIU-, y ya en el consultorio, al que ella asistió con su novio y un amigo, el imputado cerró la puerta con llave, le colocó una anestesia y, cuando perdió el conocimiento, la accedió carnalmente, pero la víctima despertó, pero ya sin posibilidad de defenderse.
En 2021, con 33 años, tomó conocimiento de otras denuncias formuladas contra el médico y lo denunció. Para resolver de este modo la jueza indicó que lo que estaba en juego era el bien jurídico que la ley intenta proteger; la integridad sexual de una persona y su libre desarrollo.
Aplicó perspectiva de género, “elemental para comprender aquellos supuestos en los cuales la existencia de estereotipos culturales puede y dan lugar a formas de presión para que la mujer acepte formalmente las acciones que son constitutivas de agresiones de índole sexual, anteponiendo sus propios intereses, que denotan un rechazo del acto”.
Además indicó que, más allá de la agresión sexual que fuera expuesta, el dato peculiar de suma importancia era la confianza que la familia había depositado en ese profesional, que inclusive atendía a la madre de la víctima.
Esa situación “fue sin duda aprovechada por el médico, quien claramente utilizó esa posición para realizar el acto, como así también su calidad, su especialidad, el ámbito extremamente privado del consultorio, todo ello para cometer su agresión sexual”.