Un reclamo de mejoras realizado por los policías de la provincia de Corrientes generó una delicada situación que podría traducirse en hechos violentos, dado que el gobernador Gustavo Valdés dio la orden de desalojar por la fuerza un predio en el que los efectivos de la fuerza de seguridad realizan un acampe.
La orden surgió luego que un centenar de efectivos policiales activos y jubilados marcharon desde la Dirección de Unidades Especiales, donde realizan un acampe, hasta la Casa de Gobierno.
Frente a la sede del Poder Ejecutivo se manifestaron con pancartas, pasacalles, bombos y redoblantes, al tiempo que acercaron un pedido de audiencia con Gustavo Valdés.
La solicitud fue rechazada y, al mismo tiempo, se les comunicó que tenían plazo hasta las 15 horas para disolver el acampe porque, de lo contrario, serían expulsados por la fuerza del lugar.
“El Gobernador no nos atendió. Pusieron grupos de choque y combate para desalojar el predio”, dieron a conocer integrantes de la Asociación Gremial de Policías de Corrientes (AGrePol).
La situación es tensa y podría derivar en una escalada de violencia.
En tanto, organizaciones sociales y gremiales están atentos a la situación dado que también mantienen reclamos de aumento salarial y el blanqueo de personal que está contratado, por lo que no descartan sumarse a la lucha iniciada por los policías y penitenciarios.