Los barrios costeros de la Capital de la provincia de Corrientes se convirtieron en centros de acopio de estupefacientes, específicamente cocaína y marihuana que llegan vía fluvial desde Paraguay y las provincias del Norte Argentino.
La zona es propicia para instalar depósitos de sustancias ilícitas: zonas abandonadas por el Estado, con tierras fiscales tomadas para la construcción de galpones, caminos intransitables y zonas montuosas a la vera del río Paraná.
Las operaciones ilegales no son complejas, pero sí bien coordinadas. Las embarcaciones -en ocasiones casi precarias- navegan desde el vecino país, cruzan el canal y atracan aguas abajo, en barrios costeros: Punta Taitalo, Molina Punta y Lomas del Mirador, Anahí, entre otros, zonas emergentes, abandonadas por las gestiones gubernamentales locales y provinciales.
En esos lugares la pobreza golpea fuerte. Los changarines, casi todos ellos constructores; los fabricantes artesanales de ladrillos, pescadores y cartoneros le pelean a la miseria valiéndose de herramientas rudimentarias para ganarse el peso.
La situación es aprovechada por las organizaciones narco para valerse de las necesidades a fin de instalar centros de venta y acopio de drogas, distribuyendo importantes dividendos.
De esta forma el sistema se complejiza, con la intervención de clanes numerosos que se valen de todos los medios y hasta de niños de muy corta edad para la venta de drogas.
En medio de las actividades de crimen organizado quedan las familias trabajadoras que temen por sus vidas, rehenes de un Estado paralelo gobernado por los narcos.
Confían en que las fuerzas de seguridad federales puedan perforar el caparazón construido con hostilidades y silencios -por temor o complicidad- en esos barrios.
Todo esto, además, es sustentado por el blindaje mediático establecido para evitar el daño a la imagen de un grupo político que administra la provincia de Corrientes desde hace más de 20 años.
El operativo “Gallo Blanco”, concretado por la Prefectura Naval Argentina, puso en evidencia el entramado complejo que sostiene el andamiaje delictivo en la principal ciudad de Corrientes, gobernada desde hace años por la Unión Cívica Radical, en su versión socia del PRO, es decir, Juntos por el Cambio.
En la acción ordenada por la Justicia Federal cinco hombres fueron detenidos y en su poder hallaron más de tres kilogramos de cocaína.
Además, incautaron doce gallos de riña, lo que evidencia el estrecho vínculo entre el narcotráfico y las apuestas, con peleas de aves o carreras de caballo.
Los detenidos quedaron a disposición del Juzgado Federal a cargo del magistrado Juan Carlos Vallejos. Pero sus cómplices, aún no identificados, continúan en actividad.