Apuntaron contra la jefa del nosocomio, El Salvador, y a parte del cuerpo médico, por abandono de persona, falsificación de documentos públicos e incumplimiento de los deberes de funcionario.
Los hechos denunciados están relacionados con el fallecimiento de Ramón Oscar Pérez, de 62 años, quién, según denuncia la familia, falleció como consecuencia de una serie de irregularidades ocurridas en el nosocomio de la localidad del sur correntino.
El paciente, un changarín que realiza actividades por cuenta propia junto a sus hijos, había llegado a un centro de salud privado el miércoles 21 de julio, debido a que sintió dolor en el abdomen. El médico que lo recibió lo derivó al hospital, para que lo internaran y que le realizaran estudios.
El paciente ingresó a la guardia, donde fue internado, y manifestó durante toda la noche que tenía un dolor en aumento. Recién durante la mañana uno de los médicos que había iniciado el servicio de guardia ingresó a la habitación, poco antes de las 9, para conocer la situación del paciente.
“El doctor (Luis) Manzutti lo había visto a la mañana y le dijo que continúe tomando los remedios para la diabetes y que se vaya a su casa”, contó Mariano Pérez, el hijo del paciente fallecido.
Además, afirmó: “Este médico había dicho que estaba todo bien, pero a esa hora todavía no estaban los resultados de los análisis clínicos, porque el laboratorio recién los entrega a partir de las 9.30”.
Asimismo, agregó: “Mi papá volvió a su casa y cada vez eran más fuertes los dolores que tenía, hasta que a las 2 de la tarde se desvaneció y lo tuvimos que llevar de nuevo al hospital”. Quienes lo recibieron volvieron a darle una habitación para internarlo y fue entonces que se informó de la situación a otro profesional que estaba en turno.

Para entonces los familiares del hombre enfermo intentaban comunicarse con la directora del nosocomio, Luz Araceli Miño. “Nunca fue a ver a mi papá y en todo momento descargó su responsabilidad en el médico de guardia”, comentó Mariano.
El día viernes el paciente recibió analgésicos, pero sin ninguna mejoría. Los resultados clínicos fueron entregados, pero “no le dieron un diagnóstico”.
El sábado, a las 10 de la mañana, un nuevo médico entró de guardia y decidió revisar al paciente. “Lo que dijo este médico es que había un problema de vesícula y pidió que se le haga una ecografía, pero resultó que en el hospital no hay ecografista los días sábados”, agregó.
Nuevamente intentaron comunicarse con la directora del hospital, pero ésta insistió en que la responsabilidad de la atención era de los médicos de guardia.
“Salimos a buscar alguna clínica que pudiera hacer los estudios, y fue así que se lo trasladó, con la ambulancia del hospital, a un lugar donde se los hicieron. Nos habían dicho que nos iba a salir $10.000, pero cuando terminaron la resonancia nos cobraron $23.500”, se quejó Pérez.
“Nosotros somos una familia humilde, trabajamos de changas, hacemos trabajos de albañilería y cuando conseguimos trabajo ganamos mas o menos $1.500 por día. Fue muy difícil conseguir el dinero que nos pedían para los estudios, los tuvimos que pagar porque el hospital no se hizo cargo de eso”.
Los nuevos estudios revelaron lo que se sospechaba: el paciente había entrado en una situación muy crítica y fue por ello que desde el hospital ordenaron su traslado al hospital Escuela de la ciudad de Corrientes.
Mariano Pérez relató: “El sábado nos trataron como animales. A mi papá lo tuvieron como a un perro, no le dejaron ni ir al baño. Lo tiraron en una ambulancia, sin un médico, sólo fue una enfermera, que le atendió a mi papá, porque iba al lado del chofer, tomando mate. Mi papá iba como un animal, porque la vía que le pusieron estaba mal, toda doblada y la bolsa de suero sobre su pecho”.
Aproximadamente a las 21 del sábado 23 de julio, el paciente llegó al hospital, donde un equipo médico ya lo esperaba, y donde le hicieron una ecografía, donde determinaron que toda la cavidad abdominal estaba llena de líquidos. “Me informaron que lo iban a operar, pero a los 15 minutos me avisaron que cuando estaban operando a mi papá le dio un paro, y luego me informaron que murió”.
De esta manera, los médicos concluyeron que el paciente tenía una peritonitis y que no fue atendido por ese problema en Bella Vista. Por lo que la familia Pérez inició acciones administrativas en el Ministerio de Salud, pero antes de esto solicitó las historias clínicas. Sospechan que los papeles que están en el hospital de Bella Vista son falsos, y aseguran que tienen las pruebas para demostrar la manipulación de estos documentos.

En paralelo, se hizo la denuncia de lo ocurrido en el Ministerio de Salud Pública de la provincia, donde se que se inició una acción administrativa, no vinculada a lo judicial.
“El hijo del paciente se acercó al Ministerio y expuso su caso y detalló que no le quedaron algunas cosas claras y a raíz de eso se le tomó una denuncia. Se hizo un formulario de todo lo que él quería dejar expresado y con eso se iniciaron actuaciones administrativas”, explicó María Candelaria Campias, directora general de Asesoría Legal de Salud Pública.
La funcionaria aclaró: “En esta instancia aún no sabemos nada, si hay mala praxis o no. Y es de carácter administrativo. Por supuesto, si esto eventualmente resulta con la configuración de un delito, se presentará ante la Justicia”.
Pero, además, anoticiados de la situación, en la Unidad Fiscal de Investigaciones de Bella Vista se tomó nota de la situación y habría iniciado una investigación judicial del caso.
“Tenemos miedo de que se pierdan pruebas, de que se falsifiquen los papeles y de que la muerte de mi papá quede impune”, dijo uno de los familiares.