Los vecinos de la localidad correntina anunciaron que la semana próxima se manifestarán para visibilizar los hechos ocurridos.
El lunes, de forma urgente, una mujer y su hijo, Sergio Ramón Ríos, descompensado, fueron hasta el hospital de Itatí, pero la tragedia los acompañaba. De esta manera, la madre, Marta, contó: “El lunes a las 3 de la madrugada mi hijo especial se me descompuso. Llamé al hospital para que me asistan con una ambulancia y nunca me atendieron. Fui caminando hasta allá y cuando llegué estaba todo cerrado. Golpee muchas veces hasta que me atendió una enfermera. Le pregunté por la doctora de guardia y me dijeron que estaba durmiendo, entonces la enfermera le puso oxígeno. Volví a preguntar por la doctora y ella me mandó a decir que el doctor de mi nene entra a las 8 de la mañana de guardia; que lo traiga a mi hijo con él. Para esto mi hijo estaba muy mal. Llegué a mi casa y mi hijito lloraba. Le dolía mucho algo y yo no sabía que era. Nunca lo vi así. El solo siempre decía mamá y golpeaba las manos para comunicarse”.
Después de llevarlo a su casa, el cuadro se agravó aún más, hasta que Sergio, de 16 años, falleció en los brazos de su madre. Nunca recibió ayuda médica, jamás lo revisaron adecuadamente. No quedó siquiera en observación.
El “Checho”, cómo lo conocían todos de cariño en el barrio, sufría un daño neurológico a causa de una meningitis. Varias veces, en los últimos meses, visito el hospital, y en las anteriores ocasiones también la atención fue deficiente o nula. Hoy está muerto. Su familia no tenía ni para el cajón y la Municipalidad le envío uno rajado.
La sufriente madre relató: “El tomaba mate conmigo todas las mañanas, era un angelito, pero estaba condenado por ser pobre. Cómo es posible que una médica duerma en su guardia y cuando se necesita te manda a tu casa. Quien responde por la muerte de mi hijo, que pudo ser evitada. Ni siquiera me dieron un certificado de defunción con la causa real de la muerte, porque nadie lo revisó”.