Estaba junto a su abuelo y sus hermanos, que no pudieron ayudarlo. Su cuerpo fue hallado dos horas más tarde por la Prefectura Naval.Un joven peón rural de 18 años, que se encontraba arreando una tropilla de caballos, pereció ahogado el domingo pasado el mediodía, luego de intentar cruzar el río Uruguay y caer del lomo de su animal.
Al parecer la fuerte crecida del afluente habría sido una de las causales del desgraciado hecho, indicaron ayer fuentes oficiales.Según datos vertidos desde la fuerza, el caso fue reportado a la Policía distrito Alvear, alrededor de las 13 del domingo por un hombre mayor de edad, quien relató que se encontraba junto a sus nietos cabalgando en aguas del río Uruguay, a la altura del kilómetro 599 de la Ruta Nacional N° 14, con la finalidad de juntar varios caballos que se hallaban en una pequeña isla.Mientras realizaban esa tarea, uno de los jóvenes identificado como Pablo Ramón González de 18 años, cayó del lomo de su caballo directamente al curso del agua del río, desapareciendo casi de inmediato de la superficie, justo en frente de sus hermanos y su abuelo, sin que estos pudieran hacer algo para poder rescatarlo.Tras conocerse el hecho, la Policía solicitó la colaboración de la Prefectura Naval Argentina que enviaron personal y embarcaciones para el rastrillaje del cuerpo. Alrededor de las 15 lograron finalmente dar con el cadáver de González, que fue posteriormente entregado a los familiares para su inhumación.Al respecto, en la mencionada dependencia policial se llevan adelante las actuaciones sumariales de oficio por supuesta asfixia por inmersión.Hace tres meses atrás, pero en la zona rural cercana a Goya, un caso de similares características tuvo lugar el 30 de marzo en un arroyo del Paraje Tres Bocas, en el que perdió la vida Ramón Bejarano de 20 años, un peón que se hallaba arreando ganado cuando cayó del lomo de su caballo.Su cuerpo fue hallado algunas horas después de su desaparición, pero sólo pudieron recuperar parte de él, ya que la gran cantidad de palometas del lugar ya habían devorado parte del torso, brazos y la cabeza. Su cuerpo fue reconocido por las prendas de vestir y algunos detalles que llevaba al momento de su desaparición en el agua.