Carlos Enrique “Kike” Molina falleció el 16 de abril de 2007. Los peritajes revelaron que lo apuñalaron, existen sospechosos pero no hay detenidos. Acusan a un fiscal de no actuar en la causa.
El chico tenía 16 años y apareció muerto en la Ruta Provincial 27, en la zona rural de la localidad correntina de Bella Vista. El día anterior había ido a jugar al fútbol a una cancha barrial a varios kilómetros de su casa.
El aviso fue dado por vecino que cruzó por el lugar y vio el cadáver destrozado.
En un primer momento se asumió que el muchacho había sido atropellado por un vehículo que abandonó el lugar, por lo que el fiscal Sergio Freitas ordenó que se recoja el cadáver y se lo envíe a la morgue.
“No hubo inspección en el lugar, tampoco hicieron un peritaje”, contó María Molina.
Debido a que ella no tenía noticias de su hijo, salió a buscarlo y fue entonces que se enteró de la fatalidad al llegar al hospital, donde le aseguraron que a su hijo le había atropellado un vehículo.
Pero esto no la convenció, por lo que preguntó a los amigos de su hijo, como también a los primos sobre lo que había ocurrido en la cancha. Todos descartaron que el chico hubiese estado borracho ese día luego del partido de fútbol.
Hasta que, ocho días después fue al lugar donde hallaron el cuerpo. Y, entre la maleza, al costado de la ruta, encontró las zapatillas pero, además, notó que “Kike se había ido en bicicleta y la bicicleta no estaba”.
María hizo notar entonces que “el fiscal Sergio Freitas y la entonces jueza Silvia Airaldi, no hicieron nada, ni hicieron levantamiento de huellas, sino hubiesen encontrado las zapatillas”.
Altercado en la cancha
Cuando María interrogó a los amigo de Kike y todos coincidieron en que un hombre de apellido Avalos y otros tres, se lo habrían llevado en un auto luego del partido. “Son cuatro los implicados en la muerte de mi hijo. Lo llevaron en un auto, dejaron la bicicleta en la cancha”.
Finalmente, tras los reclamos a la fiscalía, se concretaron los estudios para determinar la causa médica de muerte del chico.
La autopsia dio como resultado que en realidad había sido apuñalado.
Luego, se produjo la demora del hombre de 40 años, señalado por la familia del adolescente como el principal sospechoso.
Para la Justicia no hubo elementos para retenerlo.
El homicidio está impune y la familia de Carlos Enrique Molina, ahora teme por su vida al saber que el posible asesino está libre.