Fue en las instalaciones de un club donde se realizaba una fiesta no habilitada y donde ingreso mucha gente. Eran cuatro los atacantes y solo dos fueron identificados.
Un robo modalidad piraña ocurrió en una reunión en un club de la localidad de Monte Caseros. El muchacho de nombre José fue atacado por cuatro sujetos, a dos de los cuales pudo identificar, los otros dos serían dos hombres aparentemente parientes de los otros dos.
El personal policial tomó conocimiento del hecho el sábado a la mañana cuando se presentó un joven identificado como José Car. Relató que en la madrugada estaba en un quincho detrás del club Progreso de esa localidad con un grupo de amigos. En el momento en que salió del baño del lugar, fue atacado por un sujeto que le dio un golpe de puño a la altura de una ceja. En ese momento aparecieron en escena otros tres hombres, que se sumaron e hicieron lo mismo, dándole golpes en la cara hasta que lo dejaron mareado y no poder ubicarse en tiempo y espacio. Durante el ataque le sustrajeron la llave de la moto, el celular, su billetera con documentaciones varias, entre ellas DNI, el carnet de conductor, tarjeta de crédito y dinero, y hasta le sacaron un buzo nuevo que llevaba puesto. La víctima fue rescatada por sus amigos, quienes se enfrentaron a los agresores. Luego lo trasladaron al hospital de Monte Caseros, donde constataron varios golpes en la cara y heridas de arma blanca, todas leves.
Los familiares y la ciudadanía señalaron las contradicciones en que cayó la Policía, que no se hizo presente en el lugar ni en el centro de salud, y cuando los jefes policiales fueron entrevistados por los medios locales, dieron versiones que se contradicen en cada frase.
Con la denuncia del damnificado se puso en conocimiento al fiscal, quien inició una investigación. Por el momento no habría ordenado la detención de dos de los agresores que están identificados, y con testigos, entre ellos una joven que estuvo presente en el incidente, buscan individualizar a los otros dos.
Fuentes de la Policía señalaron que no fueron al club ya que era un evento privado en una zona de quinchos que se alquilan para reuniones, que muchas veces derivan en actividades no autorizadas, incluso bailes -como sería en este caso-, para los cuales deberían pedir autorización y solicitar seguridad policial. Este caso habría comenzado con un asado familiar, que luego derivó en una reunión a la que llegaron otras personas. Los mismos responsables del club tienen un libro de actas, en el que se anota a quién se le alquila y la ocupación que le van a dar al espacio. En este ocasión, a pesar de que la víctima tiene lesiones de arma blanca, para la Policía “son delitos de instancia privada”, por lo que no actuó de oficio por el incidente, cuando el nuevo Código Penal facilita mucho las diligencias judiciales.