Desde 2013, registraron entre 7 y 10 robos o vandalismo por lo que la comunidad pide medidas del Gobierno.
El colegio secundario Fray José de la Quintana, ubicado en el barrio homónimo, registró otra vez, la semana pasada, un hecho de vandalismo y robo en sus instalaciones. De acuerdo con la información suministrada por las autoridades de dicha institución, desde 2013 tienen un promedio de 7 y 10 hechos delictivos por año, una cifra preocupante, porque suman más de 60 hechos delictivos. Esto ha llevado a la comunidad educativa, sobre todo a los tutores del barrio a reclamar a las autoridades del Ministerio de Educación a poner fin a esta seguidilla de hechos.
El de la semana pasada se trató del cuarto robo y se llevaron cableado eléctrico, módem, un ventilador, y rompieron el cielorraso, y algunos papeles.
En ocasiones anteriores los delincuentes sustrajeron cables, plafones de luces y todo lo que encontraron a su paso, como ventiladores de los pasillos y demás.
El problema central de la institución es que prácticamente no tiene muro perimetral, por lo que el tejido que rodea la institución está cortado y roto en distintos lugares por los que los delincuentes ingresaron al predio y desde allí se dirigieron al tablero general para cortar la luz e ingresar a hacer destrozos.
Irma Gladis Vargas, directora, contó: “Vandalizan la escuela, roban y rompen todo, la dirección de secundaria arregla todo nuevamente, pero lamentablemente la escuela por el lugar donde está, no tiene muro, es un espacio libre, no está con seguridad, y hacen destrozos”.
Según relataron la semana pasada, la cartera educativa tenía previsto la realización de obras de ampliación de las instalaciones, pero ante los hechos registrados se habría decidido no avanzar hasta tanto no se ponga fin a los problemas de inseguridad. Según los tutores de la zona, lo primero que debería realizarse es el muro perimetral para evitar los ingresos de los delincuentes. Inclusive circuló entre los padres el reclamo para que el colegio cuente con un sereno, un cuidador, que al menos pudiera avisar a la Policía si se registra un hecho de vandalismo o robo dentro del edificio. “Una vez que esté resuelto el tema de la inseguridad, tal vez podamos esperar que arreglen y amplíen este colegio”, señalan los padres.