El fallecimiento de Claudio F. (14), el pasado 22 de febrero, puso de manifiesto los maltratos, abusos y torturas a las que fueron sometidos por años los niños del albergue infantil.
Si bien desde la institución de Virasoro, Corrientes, se abonó desde el inicio la teoría del suicidio, el expediente mostró incontables incongruencias que llevaron a los familiares del menor fallecido, patrocinados por el Dr. Eduardo Etchegaray Centeno, a pedir el cambio de carátula a “homicidio culposo” y abrir nuevamente la investigación.
Según Cecilia Avenente, asistente técnico pericial diplomada en violencia de género, femicidios, y en primera infancia; y Lilian Sarmiento, perito criminalista diplomada en criminalística y criminología, las pocas pruebas y la falta de protocolo llevan a pensar en dos cosas: homicidio y encubrimiento.
“Observamos que el cuerpo fue movido. En una foto del peritaje policial vemos a la víctima fatal con los brazos extendidos, y en la próxima foto con los brazos sobre las caderas. La posición de los elementos a su alrededor también estaban cambiadas y alteradas. En una foto una chalina con nudos y en otra sin nada”, detalló una de las especialistas, dando cuenta de que la escena del crimen no fue preservada.
Asimismo, remarcaron algunas inconsistencias en los testimonios de la perito policial y el médico forense, la primera relata que de la escena solo se retiro una bufanda, haciendo referencia a que la misma podría haber sido utilizada para el ahorcamiento; mientas que el segundo afirma que el ahorcamiento habría sido realizado con una cinta, que no coincide con las medidas de la bufanda incautada en el lugar del hecho.
Para Cecilia Avenente las posiciones del cuerpo en las fotos muestran muchas incongruencias, pero además “nadie lo vio colgado y las marcas que pueden verse en las fotos tampoco responden a las de un suicidio”. Según la especialista, la mejor decisión que pudo haber tomado el fiscal Julio Cazarré fue pedir la exhumación del cuerpo, para realizarle una segunda autopsia, ya que las dudas sobre el suicidio son cada vez mayores y las pruebas que llevan a pensar en un homicidio son cada vez más contundentes.
Ordenan exhumar el cadáver del chico hallado muerto en “el hogar del horror” de Virasoro