Los costos de algunos alimentos comenzaron una escalada a raíz de la escasez de producción, el aumento de los combustibles y la falta de algunos insumos.
Es el caso del huevo, que desde enero registra subas, pero que en la última semana el precio se disparó y pasó de costar $20 la unidad, a $40 de la variedad comercial.
Los maples de huevos blancos se comercializaban en los comercios de barrio a 200 pesos en diciembre, pero en enero tuvieron una suba de 100 pesos y actualmente se puede encontrar los 36 huevos a 540 pesos.
En tanto, la variedad oscura, conocida como “huevo casero”, también tuvieron un leve incremento en las últimas semanas.
En los Mercados Populares y ferias se los ofrece a 290 pesos la docena y el maple a $720.
Esta situación se presenta por los efectos de la escasez de agua por la falta de lluvias, los días de calor extremo; pero también a las variaciones en el precio del maíz, los alimentos balanceados.
Las altas temperaturas y la falta de agua causaron la muerte de un alto porcentaje de las gallinas ponedoras, por lo que bajó la producción de huevos y, consecuentemente, influyó en el aumento de los precios.
“La no reposición de aves en los corrales de pequeños productores a raíz de la sequía y el aumento de los alimentos para las aves, son los principales factores. Hay que tener en cuenta también que hace seis años que viene un aumento continuo de los costos”, indicaron los productores que ofrecen mercaderías en el Mercado Popular itinerante en la ciudad de Corrientes.
Respecto a la mortandad de aves, explicaron que los productores necesitan siete meses para criar un ave que produzca huevos. Pero, debido a que muchas de las gallinas murieron por los efectos del clima, aún no pudieron reponer los corrales.
Esto también tiene un efecto en la economía del productor porque, según explican, “el costo de cada pollita bebé es de 150 pesos, y el costo de la bolsa de alimentos es 1500 pesos. Hay que alimentar a esa pollita durante al menos seis meses para que crezca y ponga huevos y durante ese tiempo, no se amortiza esa inversión”.
Consecuentemente, se estima que la escasez de huevos continuará al menos hasta que se puedan repoblar las granjas.
La explicación que dan los productores es que, además de la pérdida de animales, “aumentó la demanda, pero también el costo de producción; pero bajó la oferta y la capacidad productiva”.
Respecto de los precios de los insumos necesarios para la producción, sostuvo que “hace más de un mes empezaron a haber incrementos de entre 60 y 70%. El año pasado prácticamente no hubo aumentos y ahora se está dando todo junto”, al referirse a los costos de alimentos, electricidad y combustible.
Para graficar la situación, contó su experiencia personal y explicó: “tenía 1.500 aves, pero ahora tengo sólo 200. Voy a seguir en el rubro, me voy a mantener en una producción regular, con menor ganancia, pero voy a mantenerme, con una producción alternativa”.
Pero también señaló que, de no mejorar el clima, podría agravarse la situación porque “con estos calores los animales no sobreviven, porque se necesita mantenerlos frescos”.
La crisis llevó a muchos granjeros a buscar otras actividades para sostenerse. Actualmente el 80% de los pequeños productores desaparecieron y el 20% tiene dificultades para producier. Las grandes empresas avícolas son las únicas que mantienen su capacidad productiva, pero aprovechan las subas, causando un grave daño a las economías populares y a la economía de los consumidores.