El gobernador de Corrientes destinó más de $300 millones para financiar los desfiles carnestolendos, pero derivó sólo $34 millones para reconocer el trabajo de los bomberos que luchan contra el desastre ambiental generado por los incendios.
Gustavo Adolfo Valdés destinó más dinero a los festejos de carnaval que a contribuir con el bienestar de los bomberos que combaten el fuego en toda la provincia, en el marco de un desastre ambiental sin precedentes en la región.
Por medio del decreto provincial 207/22 el titular del Poder Ejecutivo dispuso “la ampliación del fondo especial constituido por decreto N° 110 de fecha 24 de enero de 2022 en la jurisdicción 01: Ministerio de Seguridad, en la suma de $ 34.075.000,00, destinada a proporcionar ayuda económica a las distintas asociaciones de bomberos de la provincia”.
Esto implica que, si bien la crisis por los incendios se inició en noviembre, recién en enero el Gobierno puso a disposición de los bomberos fondos para adquirir herramientas.
Lo hizo, además, porque existió una solicitud de la Dirección de Defensa Civil -institución manejada por el Gobierno- que acercó una lista de las asociaciones de bomberos a las que se le destinaría un subsidio.
Es así que se destinó $ 34.075.000 “a proporcionar ayuda económica a las distintas asociaciones de bomberos de la provincia”.
Lo que no aclara el decreto es en qué deberían invertir esos fondos los administradores de las asociaciones ni establece un mecanismo de control para el manejo de ese dinero.
Igualmente, la acción devela que la entrega de este dinero es sólo una acción de demagogia, ya que el mismo gobernante destinó más de $140 millones a financiar el carnaval.
Esto se hizo a partir de una nota firmada por el ministro secretario general de la Gobernación, José Carlos Vignolo, donde solicita que se “arbitre los medios para solventar los gastos de los carnavales correntinos”.
Tras esto, el gobernador firmó el decreto 1800/22 en el que se aprobó la modificación presupuestaria de gastos y crea un fondo especial de $140 millones “que será destinado a atender gastos que emerjan de la organización de los carnavales, tales como montaje de infraestructura, palcos, tribuna y audio; baños químicos con servicio de desagote y limpieza, además de carros de sonido”.
Lo que llama la atención es que para estos desfiles se cobra la entrada, es decir, existe una recaudación, y la venta de los tickets está a cargo de una empresa privada.