Federico G. A. Zamudio.
La sequía y el calor extremo provocaron pérdidas económicas que ponen en una situación límite a horticultores, que no tienen ni siquiera suficiente agua para regar su cultivos.
Como ejemplo de ello un productor del barrio Esperanza, que tiene un puesto en las ferias de la ciudad, contó: “No vivimos jamás una situación como esta. La sequía provocó que las napas de agua casi desaparecieran. Nosotros tenemos una perforación de 18 metros y el agua apenas sale. Hay momentos en que no aparece una gota”.
Asimismo, agregó: “Por supuesto que la falta de agua está provocando pérdidas importantes, porque las verduras que producimos no llegan a crecer como corresponden para la posterior venta”.
Además, manifestó: “La falta de agua nos obliga a comprar verduras de otros lugares, lo que implica un obvio aumento en los precios”. Los pequeños productores coincidieron en que ese hecho, sumado a que hay productos que se están desperdiciando, como las hortalizas de hoja, tomates y morrones, hace que los precios se eleven.