Federico G. A. Zamudio.
La Gendarmería iba a destruir 20 toneladas de drogas incautadas, y el intendente del pueblo pidió la suspensión del acto judicial porque el humo había invadido el pequeño poblado.
La Justicia Federal debió hacer marcha atrás con la medida, luego de que el jefe comunal de la localidad -ubicada dentro del departamento de Monte Caseros- presentara un recurso de amparo debido a que la primera incineración casi intoxica a todo el pueblo.
Todo había comenzado de forma organizada y autorizada por la Justicia, pero olvidaron pedir el permiso correspondiente a la Comuna para realizar la quema dentro de un aserradero local. Luego de comenzado el oficio, las consecuencias de la densa humareda la padecieron los pobladores.
El incinerador del aserradero tiene capacidad de destrucción de hasta seis toneladas diarias, por lo que el primer día alcanzaron esa cifra, y se tenía previsto terminar en por lo menos tres días consecutivos de incineración. Pero antes de que las tareas se reiniciaran y, luego de que el lunes por la tarde el intendente recurriera a la Justicia, todo quedó suspendido y se ordenó el cese de la medida, así como el retiro del cargamento que no alcanzó a ser quemado.
Según informaron voceros del Municipio, un rotundo cambio en el sentido del viento hizo que el humo se dirigiera hacia el interior de la comunidad y, en vez de elevarse, fuera hacia abajo, impactando en la población.
