Federico G. A. Zamudio.
El espacio verde está conformado por 95 hectáreas en la periferia de la ciudad de Corrientes y registra un marcado proceso de degradación ambiental por la ocupación de asentamientos humanos y principalmente por actividades productivas.
La creación de la reserva apunta estratégicamente a la recuperación de los bosques nativos y volver a potenciarlo a futuro como punto de biodiversidad para la zona cercana a la capital provincial.
Desde el campo de la ciencia, el proyecto de promoción y recuperación cuenta con la participación de investigadores de la Unne y otras instituciones científicas, entre ellos un equipo científico conformado por miembros del Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone, Unne-Conicet) y de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (Facena), quienes tienen a su cargo en una primera etapa la realización de relevamientos para el “inventario forestal” del predio protegido.
El investigador del Ibone y la Facena, Roberto Salas, manifestó: “La reserva natural Santa Catalina tiene un gran potencial de recuperación, allí están representados los distintos ambientes de Corrientes, salvo aquellos propios de los humedales del Iberá, y la riqueza de especies es destacable”.
El facultativo expresó que están trabajando en la elaboración de “mapas de conservación” de los distintos ambientes de la reserva, así como en otras estrategias que contribuyan a la conservación con participación ciudadana, y consideró clave que se pueda promover un plan de manejo sostenido en el tiempo.