En plena pandemia de coronavirus y con las restricciones sanitarias vigentes que prohibían la realización de reuniones multitudinarias, una chica de 16 años asistió a una fiesta clandestina en la que, presuntamente, fue accedida carnalmente por al menos cuatro hombres.
Tras un año del hecho, no hay detenidos y la familia de la presunta víctima denuncia que la Justicia evita actuar y que se “encubre a los violadores”.
El hecho ocurrió el 10 de octubre de 2020, cuando una chica de 16 años asistió a una reunión de amigos en la ciudad de Mburucuyá, a 155 kilómetros de la Capital correntina.
Un efectivo policial, conocido de la joven pasó a buscarla en su auto y, con conocimiento de sus padres, salió rumbo a la fiesta.
Lo que ocurrió es que, al otro día, aproximadamente a las 11.30, una docente de la localidad al salir de su casa, vio que la joven estaba dormida semidesnuda dentro de su vehículo, que había dejado con las puertas abiertas estacionado frente a su vivienda.
La ropa interior de la joven colgaba de la reja de la misma propiedad que la joven asumió como la suya.
Cuando la vio, la docente advirtió que se hallaba confundida y desorientada. “Pensaba que estaba en su casa”, aseguró después ante las autoridades judiciales.
Ante la situación, la maestra llamó a la Policía. Fue entonces que se anotició que la chica era buscada desde la madrugada, porque sus padres la habían reportado como desaparecida.
La primera medida que se tomó fue acercar a la chica a su casa -en lugar de realizarle una revisación médica-, para que luego, su madre, Mercedes Ramírez, realice la denuncia policial por el presunto abuso sexual.
En una de las audiencias ante el fiscal, la jovencita -en ese entonces de 16 años- relató quién la buscó para ir a la fiesta que se hacía en el domicilio particular de dos hermanos acusados. Señaló que en el lugar había entre 25 y 30 jóvenes, y que se hacían tragos con bebidas alcohólicas que compartían entre todos.
Recordó que en un momento de la fiesta, sobre ella estaba uno de los hermanos, sin ropa, a quien identificó con nombre y apellido, mientras que al segundo lo vio vagamente a su costado. En parte de su relato, la joven expresó que intentó quitárselo de encima pero no tenía fuerzas. Fue en ese momento, mientras daba detalles de lo que pasó, que estalló en llanto y se descompensó, por lo que se debió suspender una de las audiencias.
Los sospechados del ataque sexual son dos hermanos y dos amigos de estos. Enfrentan una causa por “supuesto abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas”.
Horas despues de realizada la denuncia, los cuatro sospechosos fueron detenidos, pero luego pagaron una caución y se les impuso una restricción. Quedaron libres.
La causa está en manos del fiscal Leonardo Ojeda y la magistrada María del Carmen Mareco.