Un festejo social en la localidad de Saladas, en Corrientes, terminó a las trompadas entre civiles y uniformados.
Ocurrió el fin de semana, luego de que las autoridades locales autorizaran aumentar el aforo de asistentes al 70% en los boliches bailables. Todo transcurría con normalidad hasta que, aproximadamente a las 3.10 se inició un altercado dentro del local bailable, aparentemente entre dos muchachas adolescentes.
El personal de seguridad obligó a salir a los violentos, por lo que la gresca se trasladó a la vereda del local. La discusión se tornó más violenta, porque se sumaron a la pelea otras personas. Y es así que dos hombres también se tomaron a golpes. Los efectivos policiales, entonces, fueron hasta allí para intervenir, apaciguar y, eventualmente, demorar a quienes alteraban el orden público.
Cuando una cabo y un suboficial se acercaron al lugar, lejos de ser atendidos en sus recomendaciones fueron agredidos, por lo que tuvieron que pedir colaboración a sus camaradas. En el revuelo una piedra fue a dar en la cabeza de un suboficial, quien resultó con una herida, mientras que una uniformada también habría resultado con golpes por la agresión de dos mujeres y un hombre que le propinaron trompadas y puntapiés.
En tanto, un sargento se enfrentó ante los dos hombres que se habían tomado a golpes, pero lejos de calmarse, uno de ellos, Cristian Franco, desafió al numerario de la Policía y lo enfrentó a golpes de puño. Los circunstanciales transeúntes, teléfono en mano, grabaron la secuencia del enfrentamiento en el que este sargento expuso sus conocimientos boxísticos para defenderse. Así, esquivó un par de “jabs”, hasta que pudo conectar un gancho en el mentón de su oponente, lo que fue aprovechado para que se lo inmovilice para esposarlo.
Fuentes policiales informaron ayer que “el joven de 27 años, identificado como Cristian Franco, fue demorado y se le iniciaron causas por atentado a la autoridad, amenazas, y lesiones”, por lo que quedó privado de la libertad a disposición de las autoridades judiciales en turno. Además, el personal femenino demoró a una joven de 16 años, que había agredido a varias personas minutos antes, entre ellas a una uniformada, pero luego fue entregada a sus padres, pero acusada con los mismos cargos hechos a Franco.
Lo que se trata de establecer ahora es la identidad de los demás participantes de la gresca, a quienes también se los acusaría por haber agredido a los efectivos policiales que acudieron a ese local bailable. Debido a que los hechos ocurrieron en la vía pública, la situación no afecta a los propietarios del local nocturno.