En las últimas horas vecinos se organizan porque los hechos delictivos aumentan, sumado al destrozo de las viviendas y que el Gobierno no responde a los pedidos.
Un propietario, víctima de la inseguridad y que vive a pocos metros del Parque del Recuerdo, relató que en pocos días sufrieron alrededor de nueve robos a casas de una misma cuadra, y que los sujetos “rompen todo lo que no les interesa o no les sirve”.
El damnificado, de nombre Gustavo, señaló que vive en esa zona desde “hace 30 años” y que no le “robaron ninguna vez”, pero hace pocos días sufrió el robo en su casa de fin de semana, donde por precaución no deja ningún elemento de valor. Pero los ladrones le robaron la bomba y los filtros de la pileta -a la que rompieron “probablemente con un martillo y un cortahierro”-, además de hurtarle otros elementos, como garrafas, entre otras cosas. El costo de la bomba de la pileta ronda los $100.000, sin contar la colocación.
En el año 2019 la Policía de Corrientes había puesto un control policial que estaba durante las 24 horas en la ruta 43 -si bien estaba con fines de recaudación- había llevado un poco de tranquilidad a los pobladores, quienes en cualquier caso tenían a quien recurrir. Pero “a los pocos meses levantaron todo y se fueron”, señaló el entrevistado.
Además, en la zona hubo un aumento de viviendas, ya que muchos terrenos ingresaron al Procrear, pero como ocurre en la mayoría de los casos, no hay infraestructura ni servicios, como luz, agua, caminos y especialmente seguridad. Un caso similar es el que ocurrió en la zona de Santa Catalina, donde después de tanto pedir los vecinos, lograron que se inaugurara la comisaría 23 hace pocos meses, antes de las elecciones.
Los robos no solo ocurren en esta zona alejada de la ciudad limítrofe, sino también en su casco céntrico. Uno de los numerosos casos es el que le ocurrió a un vecino de Santa Ana hace pocos días, quien se olvidó la puerta abierta, y los ladrones, en vez de entrar por ella, le rompieron toda la ventana para ingresar y desvalijarle la vivienda.
Por último, la queja sobre la falta de respuestas del personal policial que trabaja en la comisaría local. Dicen de que no hay patrullaje en la ciudad ni en la zona que cubre la jurisdicción, que es bastante extensa, por lo que se necesita de algún puesto en la ruta 43, para poder tener presencia en esa zona y así formar un anillo de seguridad que permita a los vecinos estar tranquilos en sus casas. Tampoco la atención del personal es acorde, ya que la comisaría en la mayoría de los casos está cerrada.
El descontento de los vecinos es grande con la gestión realizada en materia de seguridad en la ciudad ubicada a escasos kilómetros de la capital. Algunos de los pobladores proponen cortar la ruta, entre otras protestas un poco mas ruidosas para hacerse escuchar por las autoridades, mientras que otros buscan concertar una reunión con el jefe de la Policía, Félix Barboza.
