La fiscal de Corrientes, Sonia Meza dio a conocer en la últimas horas que Ramón Maciel, de 55 años “fue imputado por la muerte de su ex pareja”, razón por la cual fue detenido.
El ex policía está sospechado de haber pagado a dos hombres para que asesinen a Juana Rojas, con quien estuvo casado por más de 30 años y sobre la cual, según fuentes oficiales, “ejercía constante violencia”.
“Según los testimonios obtenidos en la investigación se lograron indicios de que el hombre podría haber contratado sicarios. Los autores materiales no han sido identificados todavía”, indicó una fuente judicial a Prensa On Line.
La confirmación de este hecho depende ahora de los análisis que se realizan al teléfono de Maciel. Lo que se busca establecer es si tuvo comunicación con los asesinos y éste sería un indicio para poder identificarlos.
“Dispuse la detención inmediata en el lugar donde estaba prestando servicios de adicional” sostuvo la funcionaria del Ministerio Público Fiscal, Sonia Meza.
Aclaró, además, que si bien Maciel se había retirado de la Policía de Corrientes, volvió a ser contratado para que realice actividades de custodia en edificios públicos y empresas que contratan guardias.
En esa acción estaba el sábado a la noche, cerca de las 23 cuando lo detuvieron en la planta de envasado de gas ubicado en la Ruta Nacional 12, en el acceso a la Capital de Corrientes.
Para la fiscalía se trata de un caso de femicidio concretado por al menos dos sicarios y, según la fiscal Meza, “el robo está descartado, no es la hipótesis que se maneja. Tenemos elementos suficientes para involucrar al ex marido como autor intelectual del hecho”.
“La hipótesis que manejamos es la de dos sicarios que la ejecutaron en cuestión de segundos. Hay testigos que vieron a estos sujetos en el lugar y se manejaban en moto. Insisto en que hay pruebas suficientes para determinar que Maciel contrató a estas dos personas”, dijo Meza.
La motivación por la que el ex policía caviló el crimen está relacionado con que en abril pasado, la Justicia lo obligó a dejar la casa que compartía con Rojas y le prohibió que se acerque a 500 metros de ella. La razón: comprobaron que ejercía violencia contra ella y sus hijos.
Respecto a esto, la fiscal Meza agregó que “estaban en un proceso de separación, ella era víctima de violencia de género desde hace 30 años, según los testimonios, y ahora existía una perimetral porque lo dictaminó una jueza de familia a pedido de un abogado”, sostuvo la fiscal Meza.
Kiosco nocturno
La víctima de femicidio se desempeñaba como empleada doméstica. “Trabajaba todo el día limpiando casas y cuando venía, vendía algunas cosas en su casa”, dijo una vecina.
En efecto, en la casa 7 de la manzana A del barrio de las 550 viviendas, Juana Rojas solía vender cervezas, gaseosas, jugos y vinos, pero sin tener habilitado un negocio. Es por ello que era habigual que lleguen al lugar algunas personas urgidas de algún brebaje refrescante en horario en los que habitualmente los comercios están cerrados.
Sería esta la situación en la que ocurrió el crimen. Los testigos aseguran que cerca de las 22 llegaron a la casa dos hombres en una motocicleta, golpearon las manos y cuando Juana les habló desde la ventana, le pidieron que les venda cervezas.
Ella ingresó salió a la vereda con las latas y cuando les dio la espalda luego de haber cerrado el portón de ingreso, le dispararon cuatro veces.
Logró ingresar a la vivienda y cayó desplomada en el suelo. Los vecinos escucharon las detonaciones y salieron a ver lo que ocurría. Vieron a dos hombres en una moto que se dirigían hacia una zona oscura, rodeada de montes.
En ese momento, su hijo volvía de la casa de un amigo, llegó a la vivienda y la encontró muerta.
Luego de esto, los investigadores lograron vincular a Ramón Maciel con el crimen, pero aún queda identificar a los dos supuestos sicarios.