El tabernáculo había sido prestado por otra comunidad, ya que hace una semana habían sufrido un hecho similar.
Durante la madrugada de ayer delincuentes ingresaron a la capilla Santa Ana, ubicada en la calle General Paz, de esa localidad. Con barretas violentaron las rejas y las puertas, tras lo cual ingresaron a las instalaciones. Esta es la tercera vez que sustraen el sagrario, entre otros elementos menores.
El diacono Gustavo Franceschini lamentó: “Otra vez la misma violencia”, la que viene sufriendo la comunidad desde junio pasado, cuando les robaron por primera vez.
Asimismo, lamentó los destrozos de puertas y rejas, las que tras cada hecho de inseguridad tuvieron que reponer, con el gasto que esto conlleva, y agregó: “Ya no queda nada para robar”.
Por otro lado, los ladrones cortaron el suministro eléctrico de la capilla, para poder llevarse las luminarias.