El armado electoral de ECO + Vamos Corrientes para el próximo 29 de agosto ha desatado una novela que parece recien arrancar, y fiel al protagónico culebrón electoral, Mercedes no puede quedar ajena a semejante escenario que tiene atrapado a la dirigencia política provincial.
El primer capítulo lo escribió, sin lugar a dudas, el ex intendente Víctor Cemborain, quien echó tierra a tantos años de enfrentamiento con el oficialismo provincial y hoy se muestra fiel a Gustavo Valdés, poniendo sin descaro alguno su nombre junto al actual gobernador provincial, arrogándose el acompañamiento y apoyo de Valdés en una eventual candidatura para su regreso al frente del municipio mercedeño.
Tal vez un poco incómodo ante la interna a la vista desatada en su propia localidad, el segundo capítulo de esta novela lo escribió el jueves pasado en un programa de la televisión local (Causa y Efecto), el presidente de la UCR, el senador Ricardo Colombi, quien fiel a su estilo no dudó en apuntar en contra del ex intendente: “Bajo ningún punto de vista hay una relación y una representación de Cemborain que cuente con el apoyo del Gobernador, es una de sus tantas mentiras. El gobernador no va a apoyar a alguien que tiene actitudes mafiosas y conductas bipolares”.
Ahora bien, el tercer capítulo de esta historia lo escribió el licenciado Alejandro “Tato” Román, quién supo ocupar un lugar de poder en el gobierno radical en Mercedes, y luego fue trasladado al gobierno provincial durante el apogeo de Ricardo Colombi. Hoy no sólo acompaña a la candidatura de Gustavo Valdés, sino que ya anunció su candidatura como titular del ejecutivo local; el pasado lunes las redes en Mercedes se inundaron de una foto del dirigente en la intimidad del despacho del gobernador, la que fue compartida con la leyenda: “Una imagen vale más que mil palabras”.
Todo indica que el culebrón electoral en Mercedes ya está en pleno rodaje, aún quedan muchos capitulos por escribir con un final abierto hacia el 29 de agosto; con un Cemborain cada vez más incómodo a la hora de sostener su dubitativo discurso, un Colombi un poco ofuscado e incómodo ante la intención de Valdés de contarle los porotos en su propia localidad; y un “Tato” Román que avanza callado, pero a pasos firmes con el guiño del ejecutivo provincial.