La Justicia correntina hace silencio ante un escándalo que puede generar conflictos institucionales con el Estado de la provincia de Misiones, que denuncia que en Corrientes existe ausencia de controles sanitarios para frenar la pandemia de coronavirus.
La situación se da por una fiesta clandestina realizada en la ciudad correntina de Ituzaingó -de donde es originario el gobernador Gustavo Valdés- en la que participaron artistas encumbrados de la movida tropical. La reunión fue multitudinaria y se la difundió por medio de las redes sociales.
En los videos se puede apreciar la presencia de empresarios, deportistas y, en las últimas horas, hasta de un sacerdote católico, quien admitió que también estuvo en ese barrio privado en el momento que actuaban Pablo Lescano y Damas Gratis. Se trata de John Rajimon, representante legal y rector del colegio Roque González. “Sí, es cierto, estuve en Puerto Mbiguá”, se confesó.
Aseguró que lo habían invitado para bendecir el loteo donde se hizo la fiesta. “Me convocó un conocido, me vinieron a buscar y me trajeron de vuelta. Di la bendición y me fui”, sostuvo. Aclaró, sin embargo: “No sabía nada de la fiesta, era una inauguración de un centro de loteo y me invitaron”.
Pero en el encuentro había funcionarios provinciales de Misiones. Según informó el medio La Voz de Misiones, también estuvo Manuel Dutto, director del Servicio Penitenciario Provincial de Misiones, quien publicó una fotografía del festejo.
El caso generó la queja del Gobierno de Misiones, ya que algunos de los asistentes a la fiesta clandestina resultaron contagiados con coronavirus. Así lo informó el subsecretario de Logística del Ministerio de Salud Pública de misionero, Carlos Báez, quien aseguró que al menos cuatro personas que regresaban del multitudinario acontecimiento resultaron enfermos de covid-19.
Los casos pudieron ser detectados porque en el límite entre provincias el gobierno de Misiones realiza estrictos controles a quienes pretenden el ingreso a esa jurisdicción. Los mismos constan de verificación de identidades, declaración de itinerario, hisopado y constatación de vacunación. En tanto, para ingresar a Corrientes no existe ningún tipo de control, ya que el Gobierno dejó en manos de los intendentes esa responsabilidad.
Oficialmente, desde la intendencia de Ituzaingó admitieron que no controlaron a ninguno de los asistentes a la fiesta. Esto es porque, según el propio jefe comunal, Eduardo Burna, desconocían la existencia del barrio privado Puerto Mbiguá, emplazado a la vera del río y en la jurisdicción de Ituzaingó.
El intendente sostuvo, además, que la Justicia debe investigar el caso, ya que se trataría de una violación al Código Penal y se enmarcaría en el delito de poner en riesgo la salud pública. Pero, desde el Poder Judicial de Corrientes no dan información respecto de la existencia de alguna investigación al respecto.
La fiesta se llevó a cabo entre la tarde del viernes 9 de julio y la mañana del día siguiente en el predio Puerto Mbiguá, en Ituzaingó, un lugar en el que ya se habrían realizado encuentros de este tipo anteriormente.
