El ahora condenado estaba acusado de coordinar las actividades de un clan que comercializaba estupefacientes en Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Lo imputaron en el marco de una causa iniciada en 2017, cuando ya estaba apresado en una Unidad Penitenciaria Federal por el delito de narcotráfico.
Junto al misionero, de 57 años, estaba imputado su hijo, su pareja, y un grupo de supuestos cómplices que supuestamente trasladaban, acopiaban y comercializaban marihuana en Entre Ríos y Corrientes.
En el juicio, el abogado Jorge Adrián Barboza representó a una de las imputadas, C.M., domiciliada en Corrientes a quien se le había endilgado formar parte de esta organización. Pero, el letrado pudo demostrar que la acusación era errónea y su defendida fue absuelta.

También resultaron absueltos, F. Arrúa, hijo del principal imputado, domiciliado en Posadas, y una mujer, M. Lecumberry, de Entre Ríos.
En tanto, los entrerrianos L. Lecumberry y su hermana, P. Lecumberry fueron ondenados a la pena de seis años de detención por venta de drogas.
Una mujer domiciliada en Paso de los Libres, M. Vet Figueredo, fue condenada a seis años y cuatro meses acusada de acopiar estupefacientes, mientras que un albañil A. Yannik Cáceres -sobrino de “Pity” Arrúa-, fue sentenciado a seis años de detención por ser considerado partícipe de los hechos juzgados.
Jefe reincidente
La situación surge a partir del secuestro de un cargamento d 41 kilogramos de marihuana que era transportada en el interior del motor de un camión. En esa ocasión fue detenido el conductor.
Luego, al realizarse la investigación se descubrió que “Pity” Arrúa tenía comunicaciones telefónicas con miembros de su familia para organizar el tráfico de drogas.
La operación consistía en transportar importantes cantidades de estupefacientes que eran acumulados en Paso de los Libres y desde allí se distribuía, una parte a centros de venta al menudeo y, otra, al Entre Ríos.
Una vez en aquella provincia se fraccionaba y comercializaba en kioscos.

La Justicia determinó que parte de su familia no tenía intervención en las operaciones, pero también que habían personas que habían sido involucradas y carecían de vínculos con los sospechosos.
Quedó claro que Arrúa nuevamente condenado y suma otra condena.
El misionero es considerado uno de los narcos más importantes de esa provincia. Estuvo involucrado en múltiples causas penales.
En marzo de 2009 la Policía bonaerense allanó su vivienda de la calle Franklin al 5000 de la ciudad de Posadas, y lo detuvo por su supuesta vinculación con “la ruta de la efedrina”.
Quien en ese momento dirigía la causa, el juez federal de Campana, Federico Faggionato Márquez, lo liberó tiempo después por falta de mérito y lo trasladaron a Misiones para que se presentara ante el juez Fernando Verón bajo el cargo de “tenencia ilegal de armas de fuego”.
el 23 de enero de 2010 fue detenido en el marco de un operativo conjunto llevado a cabo por la Policía de Córdoba y Gendarmería Nacional. Lo vincularon con una banda de narcotraficantes que tenía conexiones en la provincia mediterránea.
Ese día, en San Ignacio, Misiones, habían interceptado un Fiat Uno con más de 170 kilos de marihuana y aprehendieron a un cordobés y un misionero, mientras que Arrúa fue apresado en Posadas.
En mayo de 2012, Arrúa y otros detenidos fueron llevados a juicio en Córdoba por transporte de estupefacientes. Estaba acusado de “organización ilícita destinada al narcotráfico, contrabando de estupefacientes y transporte de estupefacientes agravado por la cantidad de personas”. Fue condenado a ocho años de prisión.
Fue beneficiado con la libertad asistida, pero en noviembre de 2016, volvió a ser detenido porque, nuevamente, la Justicia Federal de Córdoba lo vinculó a una banda narco.
Lo trasladaron a Misiones donde estaba en la Unidad Penal de la ciudad de Candelaria. Desde ahí manejaba una banda narco y lo imputó un juez entrerriano.
Lo trasladaron a esta última provincia, donde se descubrió que, otra vez, había organizado cargamentos de droga.