El jefe del interbloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados, Mario Negri, realizó declaraciones cuestionando el acto que encabezó ayer el presidente Alberto Fernández para conmemorar a las víctimas de coronavirus en el país, manifestando que le preocupaba que fuera parte de su campaña política. ¿Tendrá el presidente que dejar de realizar actos públicos para que la oposición deje de preocuparse?
Aseguró que “la tragedia de la pandemia está cargada de mala praxis, de incertidumbre y de un horizonte que no está despejado”, y aseguró que pronto el país acumulará 100.000 víctimas fatales por covid-19, una cifra que “va a sonar como un estruendo”. Esta es una “brillante” deducción del cordobés, teniendo en cuenta que son casi 93 mil las víctimas fatales en Argentina. Pero, además, cuando se leen estas expresiones uno supone que, si de él dependiera, todo lo que cuestiona no hubiera ocurrido, asumiendo que tenga dotes de adivinación. Pero malos datos debe tener para suponer, ya que durante el gobierno de Cambiemos, además de desaparecer al Ministerio de Salud, los fondos destinados a esa área se redujeron en un 20%, algo que impediría la respuesta a la pandemia. También disminuyeron, en aquella gestión, el monto del presupuesto específico de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) Dr. Carlos G. Malbrán, el cual fue inicialmente el único centro que nucleó los test del covid-19.
Asimismo, opinó que Alberto Fernández “se ha equivocado muchas veces” y “lo hace muy a menudo”, lo cual no hace más que “devaluar la palabra” presidencial ante los argentinos. Para él, aparentemente, confundir un aforismo con el texto de una canción desmerece a la gestión, y es igual a los “errores” que llevaron a la crisis económica, como un crédito que aumentó la deuda y elevó a la inflación en un 75%, provocando una devaluación del peso y no de “palabra”. Por otro lado, seguramente olvida que los únicos gobiernos que pudieron saldar la deuda fueron dos, ambos peronistas, y que los radicales casi sistemáticamente acudieron al FMI para aumentarla. Un dato aparte es que, lamentablemente y a pesar de los esfuerzos, los fondos destinados a la salud en Latinoamérica son muy bajos, el único país que cumple, holgadamente, con las sugerencias de la OMS, es Cuba, que destina el 10% de su PBI.
Federico G. A. Zamudio