Un médico renunció a ser parte del Comité de Crisis y un concejal amenazó con ir a la Justicia luego de que se viralizaran fotografías de vacunados que habrían carecido de problemas de salud. El intendente evadió responsabilidades. La directora del hospital local prometió investigar el caso.
Las fotografías del hospital de la ciudad de Curuzú Cuatiá, en las que se puede ver a un grupo de pacientes de entre 18 y 30 años sin aparente obesidad ni problemas de salud, generó la denuncia de un médico y un grupo de vecinos en relación a la existencia de un “vacunatorio VIP” contra el coronavirus, destinado a la inmunización de militantes del la Unión Cívica Radical, empresarios y productores ganaderos.
Quien hizo pública la situación fue un profesional de la salud, Ramiro Guglelmone, quien expresó, a través de un grupo de Whatsapp, que existiría una “carpa VIP”.
“Cada vez que me entero de más cosas de las vacunas VIP me lleno de sentimientos de indignación y tristeza. Tengo muchos pacientes de edad, o muy enfermos que no están vacunados o tienen una sola dosis, y esperan dignamente su turno. Si se contagian pueden pasarla muy mal o morir”, denunció el médico.
El galeno aseguró: “Un grupo de inescrupulosos, sinvergüenzas, HDP, personas jóvenes y sin ningún riesgo arreglaron con las autoridades vacunarse en la morgue del hospital (el único lugar dónde se sienten cómodos). Las elecciones están cerca y seguramente la campaña necesita aportes extras”.
Debido a esto, el profesional decidió quitar su colaboración al gobierno local en las acciones sanitarias por la pandemia de coronavirus. “Hoy dejo de pertenecer al Comité Médico de Curuzú. No puedo pertenecer a un grupo donde hay mentirosos, HDP que nos usaron para poner la cara en varias oportunidades”.
Y agregó: “Si me cagaron a mí, se han cagado en toda la sociedad de Curuzú. Veamos qué dicen en el próximo informe y conferencia de prensa (seguramente nadie va a preguntar sobre el tema porque hasta la prensa está arreglada). Y los que se vacunaron, levanten la cara cuando caminen por la avenida Berón de Astrada y miren a los ojos a sus vecinos. O vayan a la sala de clínica del hospital y vean cómo se atiende los pacientes con covid-19 que no pudieron vacunarse”.
La denuncia de Ramiro Guglelmone causó revuelo. Otra médica de la ciudad, Rosana Olsson, personal de salud del hospital civil confirmó la denuncia y expresó su apoyo: “Esto debe ser mirado por la Justicia y deben tomar medidas. Esperamos tanto como ustedes las explicaciones de quienes son responsables. Esta actitud no debe empañar el gran trabajo que hace un grupo de profesionales que están trabajando día y noche en la atención de cada curuzucuateño que sufre esta enfermedad”.
Advertencia de acción judicial
Tras la denuncia, el ex intendente de esa ciudad y actual concejal por el PJ, Carlos Rubín, envió un escrito al intendente José Irigoyen para que explique la situación relacionada con presuntas irregularidades en la vacunación contra el coronavirus.
“Me dirijo a usted en vuestro carácter del Comité Sanitario Covid, en relación a los lamentables hechos públicos de vacunación masiva por fuera del protocolo, turnos y demás medidas de administración nacional de vacunas anti covid”, dice la nota.
En la misma solicitó que “se informe y publique el listado completo de personas vacunadas con la primera dosis en las últimas 72 horas contra el coronavirus en Curuzú Cuatiá, con indicación de la condición por la cual accedieron a las vacunas”.
También pidió que se explique “si se presentaron las denuncias que corresponden por haber tomado conocimiento de estos hechos irregulares en el ejercicio de su función, medidas administrativas o cualquier otro tipo de accionar tendiente al esclarecimiento de los hechos denunciados”.
El edil advirtió: “De no recibir una respuesta coherente y documentada en el término de 48 horas corridas, daremos vuestro silencio como convalidante de la malversación de bienes nacionales (vacunas) y responsables de abuso de poder e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
“Asumo la responsabilidad”
La denuncia generó un quiebre entre el intendente de Curuzú Cuatiá y las autoridades del hospital local.
En relación a la denuncia, José Irigoyen se desvinculó de la situación al asegurar: “Yo no manejo las listas de vacunación, no es responsabilidad mía. Esas son cuestiones del hospital y del Ministerio de Salud, yo no manejo el hospital. Las personas se inscriben por los canales correspondientes y desde Salud se confeccionan las listas”.
En tanto, la médica Mónica González, directora del hospital de Curuzú, sostuvo: “Las vacunas son Sputnik V y fueron las primeras dosis. Hubo vacunas que correspondían a personas que están aisladas o están con covid-19 y no se presentaron, por lo que se llamó a otras con obesidad o discapacidad, porque cuando se abren las vacunas se deben utilizar todas las dosis. Esto se realizó entre el día viernes y sábado”.
“El día sábado, no estuve en el hospital, y cuando regresé me encontré con todo un inconveniente”, sostuvo para desvincularse del escándalo.
“Quiero llevar tranquilidad, porque ese inconveniente se está investigando. Al no haber estado, no puedo decir lo que pasó. Se está revisando la lista de vacunados y vamos a encontrar el error. Asumo la responsabilidad como directora del hospital y que únicamente el servicio de vacunación está involucrado en esto, no los médicos, ni el municipio, ni el Comité de Crisis. Asumo la responsabilidad respecto de lo que pasó, y cuando se investigue vamos a decir si hubo alguien que no correspondía, porque toda persona a partir de los 45 años que esté autorizado por Salud Pública podía acceder a las dosis, debido a que había sobrante de vacunas”, expresó.