El grupo político realizó una comunitaria en el microcentro de la Capital correntina. Allí explicaron sus novedosos principios y bases de acción política.
El Partido de la Esperanza intensificó su actividad territorial con una campaña de información y afiliación en el microcentro de la ciudad de Corrientes.
El espacio político, es conducido por una mujer, algo que rompe con los esquemas tradicionales de la política correntina. La dirigente es la abogada Adriana Vega.
La dirigente, junto a un nutrido grupo de militantes puso a consideración de la sociedad las bases de acción política y principios del grupo político.
En este marco, realizó participativa en la Plaza Juan de Vera donde tuvo contacto con los vecinos con una amplia aceptación.
Durante la jornada los militantes explicaron el Partido de la Esperanza es “un partido político provincial, con el objeto de ampliar la oferta electoral en el distrito, con el claro propósito de promover el bien público, sosteniendo expresamente el régimen democrático, representativo, republicano y federal; así como sostiene también los principios y fines de la Constituciones de la Nación Argentina y de la Provincia de Corrientes”.
Uno de los principales principios que sostienen es el de “no privilegiar los fines personales y sino los fines comunitarios”.
Advierten que actualmente en el esquema político “se privilegian los fines personales y no los fines comunitarios” y es por ello que esta situación produjo, en los grupos políticos tradicionales, “la diáspora dirigencial al poco tiempo de proclamarse a los ganadores de las elecciones”.
Indican que la situación descripta “conlleva el armado de monobloques y pases de dirigentes al bando opuesto, como si se tratara de meros jugadores de futbol, como si no hubieran hecho un compromiso con el electorado a través de una plataforma electoral”.
Desde este punto de vista, este hecho “lleva a la actividad política al descrédito, que hace qué, los ciudadanos sin trayectoria partidaria no puedan postularse como candidatos por la infinidad de escollos, a través de las vías de hecho, que las autoridades partidarias colocan, a los efectos de disuadir a los bien intencionados pretensos candidatos”, sostienen”.
Es por ello que, para modificar esta realidad “angustiante” se propone la asociación libre y con fines políticos “para proponerle a la comunidad electoral del distrito la conformación de un partido político encuadrado dentro de la normativa vigente, pero con un número adecuado autoridades y toma de decisiones a través de mayoría simple, para que el funcionamiento pueda ser ágil y sin entorpecimientos de características procesales, que solo redundan en la parálisis del partido, con el consecuente incumplimiento de sus fines”.
Lo inusual, lo nuevo y llamativo de la propuesta es que con el fin de “corregir los vicios de las antiguas entelequias” el Partido de la Esperanza previó una sanción para la conducta de aquellos ciudadanos que transitan todo el proceso electoral en el partido pero que una vez electos para ocupar un cargo demuestran vocación personalista y “manifiestan cínicamente su psicopatía, al revelar que van a anteponer al proyecto colectivo, lo que ellos piensan, desconociendo a los mandos partidarios, a la carta orgánica y en particular a la plataforma electoral presentada al electorado y por medio de la cual se obtuvieron los votos para ocupar los cargos”.
La sanción para ellos consiste “en solicitarle la renuncia al cargo que detenta, y si se negare, en la aplicación de una multa económica, más la posibilidad de que el partido demande un resarcimiento por los daños causados a la institución al violentar de manera unilateral la promesa hecha al electorado”.
De esta forma “se asegura la participación de las minorías bajo un esquema que resulta en consagrar como conductores del partido a los que más votos sacan en la elección y estos, al asumir en la Asamblea, tienen que designar en los órganos de control a los afiliados que pertenecen a las listas vencidas, en un claro axioma que se puede expresar como ‘el que gana conduce, el que pierde controla’”.
Por otra parte, para hacer efectiva la aplicación del artículo 38 de la Constitución Nacional Argentina respecto a garantizar la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, “se eliminó el tiempo de carencia que en general existe en otros partidos, exigiendo éstos un tiempo mínimo de antigüedad en sus filas para poder compulsar. En este partido político el ciudadano está en condiciones de integrar cualquier lista interna desde el momento en que su afiliación es aceptada por las autoridades partidarias”, explican.
En este grupo partidario consideran que “para que exista una estricta igualdad se incorporó la paridad de sexo sin alternancia, se facilitó la participación del afiliado desde los 18 años de edad en cualquiera de los estamentos partidarios, sin que sea necesario poseer algún título universitario habilitante”.
Entre otras bases, sostienen que en este grupo “la acción política se cimentará sobre las bases del trabajo, la seguridad, la salud y la educación; entendiendo que estos son los pilares a consolidar, para poder así desarrollar la construcción y el sostenimiento de un modelo de sociedad que abarque y contenga a todos sus ciudadanos y habitantes”.
Así “se trabajará permanentemente por sostener la paz social, entendida esta como el equilibrio que debe existir entre los derechos y las obligaciones de quienes habitan y transitan por el distrito; resaltando que para lograr este cometido es imprescindible que exista orden, entendido este como la supremacía de nuestras leyes e instituciones por sobre cualquier interés particular que colisione con el interés general”.
