La doble vara de la Justicia de Corrientes revela su tendencia patriarcal y deja sin contención a una mujer víctima de violencia que fue agredida brutalmente por su ex pareja frente a sus hijos.
En el caso hubo inconvenientes para radicar la denuncia, pero también dilación de las autoridades judiciales para poner en marcha el expediente.
Mientras la causa está paralizada, en un centro de salud, la víctima se repone de los traumatismos causados por el imputado, un empresario contactado con políticos y personas de alta alcurnia.
El caso ocurrió en octubre, pero a dos meses del hecho, la mujer aún se halla desprotegida.
El hecho involucra a Francisco F. quien ahora está imputado por las agresiones de las que fue víctima C. L.
Ambos convivieron durante meses, junto a una hija menor de la mujer. En ese tiempo comenzaron a ocurrir hechos de violencia que fueron en escalada.
El 11 de octubre, la situación llegó al límite. Ese domingo el agresor, la pareja y la hija menor de esta estaban desayunando.
La intención era que, luego se dirigirían a un campo el hombre a pasar el día. Pero hubo una recriminación por parte del hombre debido a que “estaba apurado” y por ello, de un puñetazo volteó la mesa, tirando así todos los utensilios.
Pasada esta situación, iniciaron los preparativos para el día de campo. Antes, debían pasar por un edificio ubicado en la calle Balboa, domicilio de otros de los hijos de la mujer. Debían buscar una bicicleta de la más pequeña.
En ese lugar ocurre la agresión más grave.
Luego que la niña bajó de la camioneta a buscar su bicicleta a la casa del hermano, el hombre dijo que “estaba apurado y por eso se enojó y por eso le impide que ella baje de la camioneta”, dice en la denuncia.
La mujer, igualmente descendió del vehículo pero él la empujó, tirándola a la vereda. Asustada, la niña corre a los brazos de su hermano quien la aguardaba en la entrada del edificio.
La mujer intentó incorporarse, pero para entonces su agresor la tomó de los cabellos, la arrastró hasta el edificio -unos 10 metros- y una vez allí, le golpea la cabeza repetidamente contra el cemento y contra el vidrio templado de la puerta del inmueble.
La mujer quedó insociente. El joven, desde adentro, corrió para ayudar a su madre. El agresor se fue.
En el momento se solicitó el auxilio del servicio de emergencias 911, pero a los 10 minutos, cuando llegaron los médicos “solo atinaron a darle un analgésico y luego le dijeron que haga resposo. Le dijeron que cuando pueda, haga la denuncia”. Los médicos no pidieron la asistencia de la Policía en el caso.
La víctima se recostó y perdió el conocimiento. Durmió desde las 10 hasta la hora 19, momento en que el agresor regresó.
Desde la camioneta, el hombre desperdigó todos los bienes de la mujer en la calle, tiró sus documentos y bienes personales. Ella, llamó a su abogada para que la asesore.
La víctima salió a la calle con el fin de entablar un diálogo, pero sólo recibió agresión verbal. Sobre el asiento de la camioneta del hombre se hallaba una llave, del departamento del hijo de la mujer. Ella le pidió que se la entregue y cuando metió la mano para agarrarla, el hombre cerró los vidrios aprisionándola.
Es el momento en que llegó la letrada que asesora a la mujer, Silvia Alfonzo, ante lo cual, el hombre se retiró.
En ese momento la letrada y la mujer se dirigieron a la Comisaría Primera de la Mujer y el Menor, en la calle Catamarca.
“En la Policía se negaron a tomarle la denuncia. Y en ese contexto, la víctima se descompensó y se tuvo que pedir nuevamente la asistencia de una ambulancia”, contó la abogada.
Sólo cuando la letrada pudo contactarse personalmente con la fiscalía en turno, los efectivos accedieron a tomarle la denuncia.
Pasaron 24 horas desde la agresión hasta que el médico policial la citó para realizar la revisación médica de rutina. Pero, sólo notó los golpes y no solicitó estudios más profundos.
Al día siguiente, martes, se realizó la ampliación de la denuncia. Recién entonces se realizaron estudios más avanzados y fue cuando se detectó que los golpes de los que fue víctima le causaron traumatismos en el cráneo. La curación demandaría al menos 90 días.
El agresor sólo fue notificado de la denuncia existente. Nunca fue demorado.
La víctima teme por su integridad debido a que el denunciado tiene contactos políticos y poder económico.
