Un femicida condenado a tres décadas de detención fue apresado en Formosa. Había ingresado desde Paraguay con documentos falsos y fue demorado porque carecía de certificados de covid negativo. Descubrieron su identidad en un centro de aislamiento.
“Un remisero avisó que había entrado un extranjero por un paso no habilitado. Hasta ahí, todo hacía suponer que era una transgresión a las normas sanitarias, pero después nos enteramos que se trataba de un delincuente peligroso, condenado a 30 años de cárcel”.
Quien explicó las circunstancias de la detención de Mannai Wael Bouarada fue Marcelo López Picabea, el juez de instrucción penal 4 de la ciudad de Formosa quien estaba en turno el viernes 20 de noviembre, día en que detuvieron al prófugo.
La detención del africano prófugo fue resultante de las acciones de control fronterizo existentes en la zona limítrofe entre Argentina y Paraguay.
El escueto tramo que separa ambas orillas del río Paraguay facilita el tránsito por zonas pasos fronterizos no habilitados.
Esta particularidad geográfica fue aprovechada por el tunecino de 33 años. Quería llegar hasta Santa Fé. “No sabemos si tenía apoyo o si lo esperaban en esa provincia. Lo cierto es que tenía intenciones de ir hacia allá, al menos es lo que declaró”, sostuvo el magistrado provincial.
Para pasar desde el otro país, pagó a un pescador que lo ayudó a cruzar el cauce y, una vez en el barrio formoseño de El Mangal, subió a un remís “trucho” para dirigirse al centro de la ciudad.
El transporte fue frenado por la Policía de Formosa en un control vial preventivo y al solicitarle los documentos al pasajero exhibió un pasaporte. La identidad que figuraba era Adriano Rodrígues Da Silva, de nacionalidad brasileña.
“Debido a las medidas preventivas establecidas, se determinó su demora por la violación al artículo 205 del Código Penal, un delito provincial. Lo que se procedió a hacer es hacerle el hisopado y llevarlo a un centro de alojamiento para que permanezca en cuarentena por 14 días”, explicó el magistrado a Prensa On Line.
Una vez allí, se informó de la situación a la Policía Federal Argentina. Los efectivos detectaron que el pasaporte del extranjero era falso y por ello registraron sus huellas dactilares. “Había sospecha que se trataba de un delincuente peligroso, por eso pusimos una custodia especial”.
Las sospechas fueron certeras. El prófugo había logrado burlar los controles de Brasil y Paraguay. Lo buscaban en Francia, donde fue condenado a 30 años de prisión.
El femicidio de su ex esposa, Elsa Kerkenni, ocurrió el 10 de junio de 2010 en París.
Luego de haberse separado de la mujer, Mannai Wael Bouarada la acosaba. Ella se puso en pareja con otro hombre y el día del crimen había ido a cenar con él.
En su ausencia, el Bouaranda entró al departamento de la fémina y la esperó. Cuando regresó con Hakim Zellbouni, su nueva pareja y atacó a ambos.
La mujer murió allí, por las 15 heridas de cuchillo, mientras que la otra víctima sobrevivió y lo denunció.
Desde entonces estuvo prófugo.
En Francia el régimen legal posibilita que los criminales sean juzgados en ausencia, procedimiento que se aplicó en este caso y en el que condenaron a Bouaranda a 30 años de prisión, el 22 de febrero de 2017.
Para entonces el femicida se hallaba en Brasil, al que llegó con documentos falsos.
Allí formó una nueva pareja. Pero en la ciudad de São Paulo volvió a atentar contra una pareja y fue condenado a ocho años por intento de homicidio triplemente calificado.
Ocurrió en febrero de 2018 y desde entonces estuvo detenido, hasta julio de 2020 donde un tribunal determinó que era prudente darle la excarcelación.
“La gravedad del cuadro causado por la pandemia del Covid-19 no puede ser ignorada. No habiendo previsión para la entrega de extradición y considerando su progreso en el régimen abierto en su condena en Brasil, mantenerlo preso indefinidamente en una situación demasiado gravosa”, dice el fallo.
Mientras esto ocurría se llevaba adelante un proceso de extradición. El Supremo Tribunal brasileño indicó que “el hecho que el imputado esté casado con una mujer brasilera, no impide su retirada compulsiva del territorio brasilero, situación confirmada por la jurisprudencia de la Corte”.
Debido a que era inminente su traslado a Francia donde además de los 30 años de prisión, debería cumplir con los 8 a los que fue condenado en Brasil, el tunecino huyó a la Argentina.
Lo llamativo es que lo hizo por territorio paraguayo. Tenía intenciones de refugiarse en Santa Fé.
Luego de haber sido detenido se lo trasladó a una Unidad carcelaria en la provincia de Buenos Aires, donde aguarda su extradición a Europa.