Miguel Sosa murió en las puertas del Hospital de Campaña de Corrientes sobre la caja de una camioneta. Contrajo la enfermedad en un centro de salud público que es de referencia en todo el Nordeste Argentino. Su familia relata los hechos y desmiente a los funcionarios gubernamentales. “Lo abandonaron. Nadie se merece morir así”.
La muerte de Miguel Sosa fue un hecho que puso nuevamente en evidencia el rol de las redes sociales en la democratización de la información al tiempo que desnudó las falencias del sistema de salud de la provincia de Corrientes en el contexto de la pandemia de coronavirus.
El paciente falleció sábado 7 de noviembre aproximadamente a las 17.30 y su deceso quedó registrado en videos que se hicieron virales.
Las imágenes son elocuentes. Muestran cómo los familiares claman atención médica para el hombre de 53 años que yacía en el piso de la camioneta con la que lo llevaron hasta el Hospital de Campaña -único centro habilitado para tratar pacientes de coronavirus- ante la tardanza de una ambulancia.
“Lo abandonaron. Nadie merece morirse así”, lamentaron sus familiares en diálogo con Prensa On Line y aseguraron que los hechos “no fueron así como dicen los del gobierno”.
La esposa de Miguel Ángel Sosa denunció además que su esposo se contagió de la enfermedad en el Instituto Cardiológico y aseguró que ese hecho pudo haber sido prevenido. “Mi marido se contagió en el Cardiológico. Desde principios de octubre había casos de coronavirus en el área de nefología, dos casos hubo, y no lo cerraron ni derivaron a los pacientes a otro lugar”, dijo.
Contagiar la muerte
El paciente, Miguel Sosa vivía con su esposa y sus hijos en el barrio Pío X de la ciudad de Corrientes, en una vivienda humilde, ubicada a unas 20 cuadras del centro.
Esperaba un trasplante de riñón, por lo que asistía periódicamente a las sesiones de diálisis “que lo dejaban agotado”, contó Dolores Ruiz Díaz.
“Miguel se dializaba en el Instituto Cardiológico y allí, el viernes (30 de octubre), le hicieron el hisopado ahí y el lunes (2 de noviembre), después de otra sesión de diálisis, la jefa de nefrología lo llamó por teléfono y le comunicó al resultado positivo. Le dijo que se había contagiado”, relató Ruiz Díaz.
Una vez anoticiados del resultado positivo y conscientes que todo el grupo familiar -cuatro hijos, una nuera y la pareja del paciente- debía realizarse el estudio detección del virus, “le preguntamos a la doctora que teníamos que hacer y ella nos dijo que debíamos comunicarnos con el hospital de campaña. Por eso llamamos al call center para que nos den un turno para realizarnos el hisopado, pero nunca atendieron la llamada”.
Ante esto, “por medio de una conocida que hizo contactos nos dieron un turno. Pero aun quedaba que vengan a casa a hisopar a mi marido, porque estaba en reposo. Llamé entonces nuevamente a los médicos del Instituto Cardiológico”, para que faciliten los medios de asistencia a su pareja, contó Ruiz Díaz.
El miércoles 4 de noviembre el grupo familiar de Sosa asistió al Hospital de campaña para realizarse el hisopado. “Ese día, a las 9, vino la ambulancia para llevarlo a realizarse diálisis, pero lo llevaron al Hospital Escuela. Terminaron a las 12 pero Miguel volvió a las dos de la tarde porque no había ambulancia para trasladarlo”, explicó la mujer entre sollozos.
El hombre había pedido que lo lleven a su casa, pero “le explicaron que las ambulancias tenían que trasladar a otras personas con casos positivos de covid hasta el hospital de campaña. Y por eso lo subieron a la ambulancia con otros pacientes que también estaban contagiados y que tenían que hacerse diálisis. Los dejaron a ellos en el Hospital de Campaña y lo trajeron a casa”.
La mujer asegura que ese miércoles a su marido “no le dijeron que se tenía que internar ni que tenía que quedarse en el Hospital de Campaña”.
“El viernes, Miguel fue a otra sesión de diálisis. Volvió muy débil. No quiso comer. Se acostó”, relató.
“Nosotros no tenemos baño instalado en nuestra vivienda, sino que está en el patio de atrás, por eso Miguel hacía las necesidades en un tacho. No podía caminar”, graficó
El tratamiento nefrológico le generaba agotamiento al paciente, pero luego de un tiempo de reposo se reponía. Por ello “pensamos que el sábado estaría mejor, pero a la tarde se sintió mal y me pidió que llame a la ambulancia. Pero yo llamé a la doctora (que lo asistía en el tratamiento) y le pedí que venga una ambulancia para llevarlo al Hospital de Campaña”, contó Ruíz Díaz.
“Mientras buscaba los documentos y esperábamos la abulancia, a Miguel le dio un infarto”, afirmó
Ante la urgencia, ella alertó de la situación a sus hijos. “Los chicos lo subieron a la camioneta y así como estaba lo llevaron al Hospital de Campaña. Estaban en camino cuando me llamaron los del Hospital de Campaña y les avisé que ya se lo habían llevado en la camioneta porque la ambulancia nunca llegó, afirmó la señora.
Lo que ocurrió luego fue registrado en los videos: “En el Hospital de Campaña no le dejaron entrar”.
En relación a esto, Dolores Ruíz Días afirmó: “Nunca Miguel fue al Hospital de Campaña, ni a hospitalizarse y tampoco a hacerse el hispado, ni hacerse ver. No pudo negarse a nada porque nunca fue a pedir atención. Pasó por ahí porque tenían que dejar a otros pacientes que se hacían diálisis”.
Así contradijo la versión oficial y adelantó que analizan accionar judicialmente contra el Estado y los funcionarios.
Excusas políticas
Respeto del caso, el ministro de salud, Ricardo Cardozo minimizó la situación que derivó en la muerte de un paciente al relacionar las denuncias con supuestas cuestiones partidistas. “La gran mayoría del origen de los videos tienen un origen político. No nos sentimos solos, tenemos el absoluto acompañamiento del gobernador Gustavo Valdés”.
En tanto, el ministro secretario general de la gobernación, Carlos Vignolo, afirmó que los videos donde muestran el episodio serían hechos distintos y que “pegaron dos videos para difundir lo que en realidad son dos casos”.
En relación al episodio de Sosa, dijo que este paciente “sí estuvo en contacto con el Hospital de Campaña, recibió la recomendación de internarse y decidió no hacerlo”.
La versión del Gobierno dada por Vignolo es que Sosa “tuvo un episodio de un paro cardiaco. Falleció en el traslado al hospital. Decidieron trasladarlo de manera particular y tuvo ese desenlace.
“Comprendemos la situación. Pero esta persona (Sosa) ni siquiera ingresó al Hospital de Campaña. Falleció en el traslado. Esta persona no quiso internarse. Volvió a su casa, tuvo un paro y murió al ser trasladado”, sostuvo el funcionario gubernamental.
