La Casa Rosada decidió tomar una medida unilateral pero efectiva, de cara a las elecciones gubernamentales y legislativas del año próximo en Corrientes y designará los candidatos que ocuparán las nóminas de cargos electivos.
Esto es porque el Partido Justicialista no encuentra al camino para normalizar su situación institucional. Hace un lustro no elige autoridades y lejos de encontrar su unidad, se atomiza.
Esto es por la evidente falta de liderazgo del interventor René Sotelo y su incapacidad para cumplir con llamar a elecciones internas, llevó a que aumente la conflictividad y a que muchos dirigentes decidan salir definitivamente del PJ para presentar propuestas partidarias.
Es el caso la abogada Adriana Vega, quién es una afiliada que exige elecciones internas y rendición de cuentas en el PJ desde hace años, presentó el las últimas horas el Partido Esperanza.
La intención es competir en las elecciones gubernamentales en el marco de “algún frente”, pero con representatividad.
Por otro, el grupo de Rogelio Benítez, Línea Corazón Peronista ya cerró con otros sectores minoritarios para conformar otra propuesta electoral autónoma, por fuera del peronismo institucional.
Mientras tanto, José Aragón, referente de La Cámpora, se expresó con intenciones de competir por la gobernación. En las últimas horas se mostró con un devaluado Carlos Espínola en una posible propuesta de fórmula para 2021.
Esta situación lleva a que los destinos del PJ son manejados por foráneos.
Por un lado, por el Presidente del Congreso del PJ, el histórico dirigente Gildo Insfrán, gobernador de la provincia de Formosa, quien se encarga de monitorear la tarea del interventor.
Por otro lado, la Casa Rosada que, si bien no es la sede del gobierno partidario, es donde radica el Poder de la fuerza política. Desde allí Alberto Fernández “baja línea” a la cabeza institucional del grupo político, José Luis Gioja, quien en breve culminará su mandato.
Pero, ni Gioja, ni Fernández, mucho menos Cristina Fernández quieren lidiar con los históricos problemas caseros de los peronistas correntinos.
Sólo faltan 10 meses para la elección gubernamental en la provincia. El tiempo es escaso para organizar el llamado a elecciones internas -Sotelo ya debó haberla convocada a principios de año-, situación que deja, además, poco margen para poner en marcha la campaña electoral.
Mientras todo esto ocurre, el desgaste del PJ se profundiza. El hecho atenta contra el objetivo a nivel nacional que busca recuperar la provincia tras 40 años de fracasos.
Es que, si bien Corrientes representa sólo el 2,64% de los votos a nivel nacional, pero el territorio es estratégico desde el punto de vista geopolítico.
La solución que se encontró para esta situación es reflotar una alianza entre la Unión Cívica Radical, que gobierna la provincia, y el Partido Justicialista, con un candidato designado “a dedo” en Buenos Aires.
En otros términos, la Casa Rosada apoyaría la reelección de Gustavo Valdés acompañado con un dirigente peronista de confianza de Alberto Fernández.
En Balcarce 50 están convencidos que el factor determinante para ganar las elecciones en Corrientes y desterrar para siempre al macrismo es el poder territorial.
En una reunión realizada semanas atrás en Posadas, donde estuvo uno de los secretarios personales del Presidente de la Nación, dirigentes partidarios de toda la región Nordeste se comunicó que la decisión es que un intendente correntino sea candidato a vicegobernador.
La lista de estos posibles candidatos es corta: Son dos jefes comunales con llegada directa al despacho de ministros y con diálogo directo con el Jefe de Estado. Ambos tienen una imagen positiva superior al 60% en sus comunidades, sustentados en un largo historial de gestiones de gobierno.
La solución también incluiría -lamenteblemente- a la lista de legisladores nacionales. En 2021 Corrientes deberá elegir tres Senadores e igual número de representantes en la Cámara Baja.
Según trascendió uno de los que aspira a postularse para una senaduría es un nefasto personaje del peronismo vernáculo, representante de la Derecha e involucrado en cuanto chanchullo legal surja: José Martínez, quien “rosquea” en Buenos Aires un lugar en la nómina. Podría ser un chaleco de plomo para los planes políticos del oficialismo nacional.
Pero quien tendría asegurada una candidatura para el Congreso es Gustavo Cantero, actual vicegobernador. Ocuparía un lugar en la lista de diputados nacionales y así evitaría la posibilidad de ser encausado en el marco de una posible investigación por la incompatibilidad de negocios que realizó con dinero estatal durante su gestión a través de su cadena hotelera.
El Plan B es ordenar una nómina de candidatos “albertistas puros” con mucho anclaje territorial y nuevos dirigentes contenidos en un frente multipartidario con fuerzas minoritarias.
En ambos casos, se busca la descentralización de las candidaturas, es decir, priorizar las candidaturas de dirigentes del Interior y relegar a los capitalinos.
Y, mientras algunos se autoprolcaman candidatos, otros buscan conciliar, como Martín Ascúa, intendente de Paso de los Libres para quien “no es momento de hablar de candidato. Antes de hablar de candidato tenemos que seguir consolidando el frente, todavía hay muchos actores con los que tenemos que sentarnos a dialogar y después los candidatos van a ir apareciendo de a poco”.
De todos modos, está claro que el objetivo de la dirigencia nacional es fortalecer el PJ correntino a largo plazo y “peronizar” al macrismo residual.
Este es nuestro análisis.